Era el último discurso de Ximo Puig como secretario general del PSPV, antes de ceder de forma definitiva el timón a Diana Morant. Miró hacia atrás, repasando los doce años al frente del partido, y miró hacia adelante, con la vista puesta en la meta de recuperar la Generalitat en 2027. Fue un balance que buscó combinar memoria y horizonte, sosteniéndose en una visión de futuro que el propio Puig describió como un New Deal para la Comunitat Valenciana, un marco de renovación que pudiera servir tanto al partido como al país.
El exmandatario propuso para ese objetivo un New Deal que ya había servido en otros momentos de la historia para modelar los estados de bienestar. Ese marco se articuló sobre tres ejes: audacia política, ruptura de dogmas y un nuevo pacto con la sociedad valenciana. El discurso, que se celebró en clave de renovación, dejó claro que el partido y la región necesitaban un acuerdo fresco y contundente con la ciudadanía. “Celebramos el congreso con un aire de New Deal, un nuevo convenio para el partido, pero sobre todo para el país”, afirmó Puig.
Liberar instituciones
“Audacia política para renovar equipos y elegir un liderazgo moderno e imparable, el de Diana Morant”, describió, insinuando también que se hacía necesaria una ruptura de dogmas, porque la diversidad aporta, sin barreras entre unos y otros. Y añadió que, por último, se buscaba “un nuevo pacto con la sociedad valenciana, que libere instituciones del sectarismo, la parálisis y la ausencia de proyecto para la Comunitat Valenciana”.
Un camino que, eso sí, quiso dejar claro que “ya no me corresponde a mí perfilar”, pasando a ser “un militante más”. No obstante, subrayó el expresidente, estuvo atento a advertir del “peligro de que la derecha manipule el pasado y reescriba la historia de la última década, imponiendo un relato falso para diluir la realidad”.
“Tenemos la obligación de fijar bien lo que ha pasado, no por nostalgia estéril y menos por autosatisfacción, sino para mirar adelante”, añadió el todavía secretario general del PSPV, y enfatizó la necesidad de enfrentar esas ideas que están en juego. Propuso, para ello, destacar el legado compartido del conjunto de la sociedad valenciana, el itinerario de reparar, recuperar y renacer.
Dignidad de víctimas de metro o los dependientes
“Se concreta con la dignidad de las víctimas de metro, con los enfermos de Hepatitis C, con miles de dependientes, con la manipulación de Canal 9, con los barracones de la vergüenza y las víctimas del machismo”, enumeró Puig, al tiempo que mencionó también indicadores socioeconómicos como los puestos de trabajo generados en la Comunitat y el escenario favorable para la inversión.
Ahora bien, también dejó planteados los desafíos. El primero es el populismo; para ello indicó que “hay que ir a las causas del malestar, porque el futuro depende de que se ofrezcan respuestas”. Citó la idea de Ortega y Gasset cuando dijo: “Ustedes, a las cosas”. El segundo reto, el nihilismo, consistía en demostrar que sí es posible cambiar las cosas. “Tenemos que dar combate de ideas; a la democracia se le ha dado tantas veces por muerta como al teatro o la radio”, indicó.
Y, en tercer lugar, la uniformidad. “Solo puede gobernar bien quien comprende las diferencias de su gente, con amplitud de miras”, señaló, criticando que el ejecutivo autonómico esté dividido entre quienes rechazan el estado de las autonomías y quienes renuncian al autogobierno.
“Sentimiento de gratitud”
Más allá, como en toda despedida, hubo espacio para agradecer. “Por encima de todo hay un profundo sentimiento de gratitud”, compartió, refiriéndose a los compañeros de sus ejecutivas, a personas que ya no están, a sus predecesores y a los militantes. El líder señaló que más temprano que tarde se abrirán nuevas alamedas con Diana Morant, defendiendo que “nuestro proyecto se sostiene en el hombre olvidado. Nunca olvidemos al hombre olvidado”.
“Gracias por estos 12 años, por hacerme un poco mejor y por vuestro cariño compartido. Os dejo en buenas manos”, añadió. “Os dejo en buenas manos. Ni la distancia será la ausencia ni el silencio el olvido. Siempre a vuestro servicio”, concluyó con emoción ante un aplauso contundente, justo antes de la proclamación definitiva de Diana Morant como secretaria general del PSPV.