Torrent, premios y cultura valenciana en Alicante

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Con las voces del Orfeón Crevillentino y bajo los colores blanco y azul que aderezan el techo de Casa Mediterráneo, Alicante abrió este martes una nueva página en la historia de las artes valencianas al acoger por primera vez la entrega del Premi de les Lletres de la Generalitat Valenciana. En esta edición el reconocimiento recayó en el escritor valenciano Ferran Torrent, y se sumaron distinciones al Mérito Cultural con motivo del 9 dOctubre para el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, cuyo premio fue recogido por su hermana Ana Falomir; la asociación Raíces Reino de Valencia; la productora María Zamora, que no pudo asistir y lo recibiría al día siguiente en Valencia; y, a título póstumo, el compositor de Cocentaina Gustavo Pascual Falcó, autor del pasodoble Paquito el Chocolatero, que recibió el galardón su hijo Gustavo Pascual Pérez. Un conjunto de reconocimientos que subraya la diversidad de aportaciones culturales que enrichen la vida pública de la Comunitat. En su intervención en representación de los galardonados, Torrent, autor de cerca de treinta títulos y una de las voces valencianas más leídas, con obra traducida a numerosos idiomas, invitó a la sociedad a valorar a sus creadores sin filtros ideológicos y defendió una cultura diversa, libre de etiquetas y jerarquías. En sus palabras, la cultura no debe considerar nadie como única propietaria de sus logros, sino que debe reconocer a los creadores ante el público que consume sus libros, asiste a sus espectáculos o visita sus museos. Explicó que el galardón literario le dejó una emoción que compartió con su hermana, quien padece Alzheimer, revelando que veinte segundos de ilusión valieron la pena para mantener vivo un secreto. El autor recordó también a compañeros del mundo escénico y culinario que acompañaron su carrera. Torrent es conocido por personajes como el periodista Barrera y el detective Butxana, y por una obra que le llevó a ser finalista del Premio Planeta y ganador del Premio Nacional de la Crítica por Societat Limitada, una trilogía que exploró la realidad política, social y económica en la Comunidad Valenciana sin dejar de mirar a su gente. Aun sin reconocimientos institucionales previos en su tierra, el premiado se mostró satisfecho de recibir este honor y agradecido por la oportunidad de compartir su mirada sobre la cultura con la sociedad. De sus palabras quedó claro que su oficio se ha mantenido fiel a una vocación que nació en la década de los ochenta y que le llevó a profesionalizarse pese a la incertidumbre inicial. Torrent señaló que la valoración de los autores y autoras debe ante todo basarse en la libertad de creación y en la calidad de su obra, recordando que los gobiernos pueden cambiar, pero la cultura permanece. El novelista subrayó que su escritura está centrada en la sociedad valenciana y se escribe en valenciano, destacando que la arquitectura de la historia, la construcción de personajes y los diálogos conforman su estilo, al tiempo que la risa y la ironía emergen como una necesidad existencial y una forma de sostenerse ante el paso del tiempo. Concluyó respondiendo a la pregunta de por qué escribe con una mirada dedicada a sus amigos y para aligerar la carga temporal que nos acompaña. En la conversación, Torrent afirmó que su obra persigue la búsqueda de significado para el lector, y que la literatura tiene la función de acercar a la gente a la vida que se transforma en cada página. Entran en juego también las propias motivaciones del autor para continuar creando, como un espejo que refleja la vida cotidiana y, a veces, la memoria compartida de la comunidad. El acto de entrega y el discurso de Torrent se enmarcan en un contexto de reconocimiento de la creatividad valenciana, que no se dirige a la exclusividad de un solo ámbito, sino a la celebración de la riqueza cultural en todas sus expresiones. El galardón y las palabras del escritor señalan una filosofía que sitúa a la cultura como motor social, capaz de unir a las personas y de proyectar la identidad de la región hacia el exterior. Sus palabras dejaron clara la convicción de que la cultura es un patrimonio colectivo y una responsabilidad compartida entre creadores, gestores culturales y el público que los sostiene. En esa misma línea, Carlos Mazón recordó el papel fundamental de la cultura para construir conocimiento, libertad y cohesión social, y subrayó la ambición de las administraciones para impulsar la cultura como seña de identidad y como palanca para el desarrollo y la prosperidad de la región. El presidente del gobierno valenciano afirmó que la decisión de celebrar los premios culturales del 9 dOctubre cada año en una ciudad diferente de las tres provincias pretende reforzar la vertebración territorial y mantener vivos los lazos que definen a la comunidad. Mazón insistió en que la Comunitat Valenciana no es una isla y que su producción cultural, desde lo más ancestral hasta lo más innovador, son pilares que sostienen la identidad regional y proyectan su influencia al resto del mundo. Señaló que el reconocimiento a los galardonados no es un ejercicio de autocomplacencia, sino una reafirmación de la autonomía institucional y un recordatorio de lo que se puede lograr cuando se reúne talento y voluntad. Con orgullo citó la historia de su tierra, mencionando figuras ligadas a la literatura, la pintura y la música, y subrayó que la identidad regional se forja en un marco de libertad creativa, excelencia y calidad, expresado en las dos lenguas propias sin prejuicios. En ese sentido, se elogió a quienes encarnan esa visión y se afirmó que reconocer a los mejores no es mirar al ombligo, sino celebrar lo que se puede aportar al mundo desde una manera de ver y disfrutar la vida. Por último, Mazón defendió la importancia de que las expresiones culturales, desde las más antiguas hasta las más actuales, sigan sosteniendo la cohesión social y la voz de la comunidad ante la escena internacional. Además de celebrar el talento, el presidente explicó que la comunidad debe mirar hacia adelante con un plan claro para convertir la región en un polo cultural y creativo, apoyando iniciativas como la Dirección General de la Industria Musical, ciudad de la Luz y otros proyectos destinados a preservar el patrimonio y reforzar las industrias culturales. Entre las metas anunciadas figuran la recuperación de piezas tan significativas como la Dama de Elche para su ciudad de origen y el Llibre dels Repartiments para Orihuela, como parte de un esfuerzo por mantener vivas las memorias y las identidades locales. Con esa visión, la Generalitat mostró su compromiso con una cultura que no sólo representa una memoria compartida, sino que también impulsa la economía, la educación y el turismo, conectando a Valencia con el resto del país y con el mundo.

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