Una investigación policial en Alicante ha descubierto que un joven de 21 años denunció un robo con violencia en la playa de San Juan cuando, en realidad, lo que había ocurrido era la pérdida de su teléfono móvil y de su cartera. Tras la denuncia inicial, el denunciante presentó otra declaración en la que afirmó haber recuperado su cartera en la zona donde supuestamente ocurrió el asalto y haber hallado el teléfono móvil en las dependencias de la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig. Un empleado de un pub cercano aseguró haber encontrado el teléfono y entregarlo voluntariamente en las oficinas policiales. Esta cadena de eventos dio inicio a una investigación que buscaba esclarecer la veracidad de la denuncia original. A través de los procedimientos habituales, las autoridades verificaron la secuencia de hechos y la localización de los objetos reportados. Además, se analizó el contexto en el que supuestamente se produjo el robo para entender mejor las circunstancias del supuesto incidente.
Según el informe policial, el denunciante afirmó haber sido rodeado por varias personas mientras se encontraba en el local de ocio cercano a la playa. Dijo haber sentido que le sustraían sus pertenencias del bolsillo y que varios individuos le preguntaron si llevaba algo más consigo. En esa narración, señaló que intentó marcharse y buscar ayuda, pero fue víctima de una agresión y le sustrajeron el teléfono y la cartera con documentación y dinero. Con el paso de las horas, amplió su denuncia para explicar que había recuperado la cartera sin los 30 euros que llevaba y que el teléfono móvil fue recuperado posteriormente en la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig.
La investigación señala que el teléfono fue localizado gracias al sistema de geolocalización y que, tras una revisión, fue entregado en las instalaciones de la Guardia Civil. Un ciudadano que reside en San Vicente declaró haber encontrado el teléfono fuera de un local de ocio y haberlo llevado a la comisaría, donde quedó depositado al desconocer a quién pertenecía. Este hallazgo ocurrió en una zona cercana al lugar donde el denunciante afirmó haber sido víctima del robo.
Durante las pesquisas, se constató que el individuo que entregó el teléfono trabajaba en el mismo establecimiento y que, al salir para desechar la basura, encontró el teléfono en la calle y lo llevó a la Guardia Civil de la localidad de residencia. Los agentes establecieron contacto con el local para entender el contexto de dicho hallazgo y confirmar la cadena de custodia de los objetos recuperados. El procedimiento permitió esclarecer que el teléfono fue hallado en un área frecuentada por clientes que estaban en estado de embriaguez, dormidos o indispuestos, y no se aportaron pruebas consistentes de que el objeto perteneciese al denunciante o hubiese sido sustraído en las condiciones descritas inicialmente.
En un momento posterior, el denunciante fue citado de nuevo para esclarecer la situación. Tras la revisión de las pruebas, el joven admitió que la narración original no se ajustaba a los hechos. Reconoció que había bebido y que se encontraba mal, por lo que salió a tomar aire para sentirse mejor. Más adelante, admitió haber presentado la denuncia de robo con la idea de facilitar la renovación de su documentación o para que se investigara más rápidamente la situación. Con esta confesión, las autoridades procedieron a detenerlo y a imputarlo por simulación de delito.
Desde la Comisaría Provincial se recuerda que en la provincia de Alicante se realizan numerosas detenciones por este tipo de conducta. En muchos casos se trata de denuncias de robo cuando, en realidad, se verifican hurtos o extravíos, o bien se utiliza la denuncia de robo con violencia para justificar una reclamación de indemnización de seguros o para respaldar una versión ante terceras personas. El marco normativo establece que si se confirma la falsedad de la denuncia, el denunciado podría enfrentar cargos por simulación de delito y, en circunstancias específicas, puede haber riesgos de una imputación por estafa, con las correspondientes repercusiones legales y personales. En este tipo de casos, las autoridades enfatizan la importancia de reportar con veracidad y de cooperar con la investigación para evitar consecuencias legales y administrativas que pueden afectar el futuro personal y profesional de las personas involucradas.