En 2023, la economía española mostró una de las tasas de crecimiento más altas de toda la Unión Europea, superando con amplitud la media de los países miembros. A mitad de un proceso mundial de enfriamiento tras la intensidad de la crisis sanitaria, España logró avances sólidos en generación de riqueza. Este dinamismo se acompañó de un crecimiento notable del empleo, con cifras récord que se afianzan en 2024 y que podrían permitir al mercado laboral superar, por primera vez, la marca de 21 millones de personas ocupadas en marzo de este año.
Sin embargo, ese impulso en la producción y en la ocupación no ha ido acompañado de una distribución equivalente de ingresos entre los hogares. Los datos publicados por Eurostat revelan que España se mantiene entre la minoría de economías europeas que, en 2023, no recuperaron el poder de compra previo a la pandemia, lo cual indica que la mejora en la economía real no se tradujo de forma homogénea en el bienestar de las familias.
Cada año, la oficina estadística de la Unión Europea actualiza su panel sobre la evolución del poder de compra por países. Este panel mide las variaciones del PIB per cápita ajustado a la evolución de los precios y al nivel anterior. Con ello se establece una referencia en 100 puntos para la media de la UE; por encima de esa cifra se tiene mayor poder de compra y por debajo, menor. En este marco, España terminó 2023 con una puntuación de 89, doce puntos por debajo de la media comunitaria. Para contextualizar, Luxemburgo lidera con un índice cercano a 240, mientras Bulgaria figura en el extremo con un 64. La comparación con los últimos cuatro años ilustra que, tras superar la pandemia y una crisis energética y de inflación provocada por el conflicto en Ucrania, la posición de España no ha mejorado tanto como la de otros países vecinos.
Antes de la irrupción de la COVID-19, España contaba con una puntuación de 91 puntos. El inicio de la pandemia provocó una caída de ocho puntos, hasta 83, y el país fue uno de los que más tarde experimentó una recuperación en la distribución de la riqueza dentro de la UE. Aunque hubo avances, la posición española se mantiene por debajo de la media y, en comparación con la situación previa a la crisis, la mejora resulta menos marcada. Por ello, el poder de compra relativo de los hogares españoles se mantiene por debajo de la del grueso de vecinos europeos, lo que implica que la sensación de estabilidad económica para la ciudadanía es, a día de hoy, mixta y menos favorable que antes de la pandemia.
Los datos de Eurostat señalan que, en el ciclo económico vigente, los progresos más notorios han correspondido a los países de Europa Central y del Este, que comenzaron desde niveles inferiores. A la cabeza de las ganancias se sitúan Bulgaria, Croacia y Rumanía, cada uno con avances de 11, 9 y 8 puntos, respectivamente. En el extremo contrario, Luxemburgo, Alemania y Francia registran caídas o movimientos más modestos. En este contexto, España se mantiene por debajo de aliados como Portugal o Italia, cuya evolución ha mostrado un rendimiento algo más favorable en este periodo.