Tras la subida del IVA de la electricidad del 10% al 21% en marzo, se aplicará en abril el mismo incremento en la factura del gas. Además, subirán otros dos tributos que afectan al recibo eléctrico: el Impuesto Especial sobre la Electricidad pasará del 2,5% al 3,8% y el Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE) subirá al 5,25%.
La razón de estos cambios está vinculada a que, durante este segundo trimestre, entra en juego un nuevo ciclo de desmantelamiento de la rebaja fiscal que el Gobierno utilizó para compensar los efectos de la crisis energética.
En el decreto de medidas antiinflación aprobado el 27 de diciembre por el Consejo de Ministros, el Gobierno fijó una subida progresiva de los impuestos que comenzó en enero. En ese mes, el IVA de la luz y del gas pasó del 5% al 10%; el impuesto especial sobre la electricidad pasó del 0,5% al 2,5% y el IVPEE se situó en el 3,8%, tras varios años de suspensión.
El lunes 1 de abril empieza la segunda fase de esa desescalada. A partir de ese día, la factura del gas quedará gravada con el tipo general, lo que implica que la mayoría de hogares pagarán un recibo más alto, salvo aquellos que estén en el mercado regulado (TUR), que verán cómo esa subida se mitiga con la rebaja de la tarifa. El Gobierno revisa el precio de la TUR cada trimestre; la próxima revisión será el 1 de abril. Aunque el BOE aún no ha publicado la rebaja, la caída del gas a nivel internacional anticipa una tarifa más barata.
En la luz, en abril permanece el IVA al 21% por segundo mes consecutivo, pero suben el Impuesto Especial sobre la Electricidad al 3,8% y el IVPEE al 5,25%. A partir de julio, ambos volverán a sus niveles originales, 5,11% y 7% respectivamente.
Según el profesor de la Universidad Pontificia Comillas (ICADE), José Luis Sancha, el impacto de estos dos impuestos en el recibo de la luz es limitado. En el primer caso, estima una subida de medio euro en abril; en el segundo, al afectar a la generación y no a la factura, podría provocar una pequeña subida de precios en el mercado mayorista, difícil de cuantificar. Estas estimaciones fueron reportadas por el observatorio de precios y consumos de energía.
Una comparadora de precios señala que un hogar con contrato de luz a precio fijo de 0,14 euros por kWh y un consumo mensual de 190 kilovatios-hora pagará en abril 0,60 euros más que en marzo, manteniendo, no obstante, una subida total respecto a 2023.
IVA de la luz al 21% hasta verano
El IVA reducido al 10% para la factura de la luz fue la única rebaja que el Gobierno tenía prevista mantener durante todo 2024, condicionada a que el precio mayorista de la electricidad se mantuviera por encima de un umbral. Si caía por debajo, entraba en juego el IVA del 21% en el mes siguiente. Esa situación se observó en marzo, cuando el precio mayorista cayó por debajo de ese umbral. En abril, el mercado mayorista se mantiene bajo, según datos de OMIE, lo que sugiere que la reducción temporal podría repetirse mes a mes.
El mercado mayorista de electricidad registró valores bajos en marzo, alrededor de 20 euros por megavatio-hora, frente a febrero y a niveles de años anteriores. Se espera que estas cifras varíen, pero las proyecciones de la curva de precios muestran subidas en verano, vinculadas a menor generación eólica e hidroeléctrica, además de la necesidad de cubrir costos con recursos como el gas para la generación de energía durante esa estación.
La dinámica de precios también está influida por la producción hidroeléctrica. Cuando los embalses están llenos, la generación de agua es barata, y los embalses deben liberar caudal para evitar daños, lo que puede impulsar la oferta de energía renovable a bajo costo. En la actualidad, la región noroeste de la península presenta la mayor presencia de generación hidráulica, lo que condiciona la estructura de precios a nivel regional.
En marzo, la generación por recursos hídricos se situó por debajo de su máximo histórico. A ello se sumaron vientos favorables y una buena contribución de la energía solar, con una demanda moderada, lo que mantuvo la electricidad en el mercado mayorista en torno a 20 euros el megavatio-hora. Aun así, ese alivio se refleja poco en la factura final, porque se contrapesa con la subida del IVA y otros tributos. Un consumidor medio con tarifa regulada y un consumo típico podría ver un ligero aumento en la factura, mientras que los usuarios del libre mercado pueden experimentar variaciones según su mix de contratación y potencias contratadas.
El comportamiento de los precios de futuro de la electricidad, como referencia para el comportamiento esperado, sugiere valores diagramados para abril, mayo y más allá, con una subida prevista en el verano y una estabilización en el otoño. Expertos señalan que la temporada estival tiende a presionar al alza por menor generación eólica e hidráulica, y por la forma en que el agua se valora en el mercado.
En última instancia, las proyecciones de costos dependen de múltiples factores, incluyendo la demanda, la disponibilidad de recursos renovables y la dependencia de combustibles fósiles para la generación. Aunque se pronostican variaciones, la experiencia reciente indica que, aun con precios de mercado más bajos, la factura puede no reflejar por completo esa bajada debido a la estructura de impuestos y cargos. Pedidos de análisis económico y de consumo señalan que la realidad de la factura eléctrica es un mosaico de componentes que deben entenderse en conjunto para evaluar su impacto real en los hogares.