“Amén”, declaró Nicolás Maduro con tono solemne cuando el Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo que no opera de forma independiente respecto al Palacio de Miraflores, anunció que el 28 de julio los venezolanos deben acudir a las urnas para elegir presidente. “Vamos rumbo a una gran victoria”, afirmó. Maduro gobierna desde marzo de 2013, tras la muerte de Hugo Chávez. Ha obtenido dos comicios marcados por la controversia. En 2013, la oposición cuestionó el resultado y se desató un conflicto interno que persiste. Cinco años después, la mayoría de los partidos optaron por abstenerse. Los rivales del madurismo se enfrentan de nuevo a una decisión: desertar del proceso electoral porque María Corina Machado, su candidata, quedó inhabilitada, o buscar un nuevo abanderado y, a pesar de las dificultades, intentar ganarle al Gobierno en su propio terreno y con sus propias cartas. Los partidarios de la segunda opción miran a la experiencia chilena, cuando la oposición derrotó en 1988 al general Augusto Pinochet en un plebiscito que parecía diseñado para prolongar su mandato.
La Plataforma Unitaria (PU) no tiene mucho tiempo para dirimir la cuestión. Por orden del CNE, en 20 días deben presentarse los nombres de los candidatos. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se reunirá el 15 de marzo para proclamar a Maduro por consenso. “Estoy seguro de que será por consenso, no tengo ninguna duda, porque el pueblo está consciente del esfuerzo titánico del compañero, combatiendo ataques, sanciones y bloqueo”, comentó Diosdado Cabello, el segundo al mando del madurismo.” [Cita: Tal Cual]
Machado, apartada del camino tras ser vinculada a la acusación de haber colaborado con el fallido llamado de un “presidente encargado” y tras ganar una primaria en la que participaron dos millones de ciudadanos, afirmó: “Óiganme bien, quienes hablan de sustituto, les tengo una sorpresa: el sustituto de Nicolás Maduro soy yo. No aceptaremos imposiciones, arbitrariedades ni farsas; defendemos el derecho a elegir y a decidir por el pueblo”.
Controversias con Lula
La dirigente de Vente Venezuela protagonizó una polémica con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien, frente a su colega español Pedro Sánchez, comentó sobre la naturaleza de las elecciones en la nación vecina. “Venezuela necesita elecciones democráticas para recuperar su lugar en foros internacionales y poner fin al bloqueo norteamericano”. Lula recordó su propia experiencia en 2018 cuando fue excluido de la competencia y encarcelado por orden del juez Sergio Moro; cuatro años después esa causa fue anulada. Machado respondió con vehemencia: “¿Yo llorando, presidente Lula? ¿Lo dice porque soy mujer? Usted no me conoce. Está validando atropellos de un autócrata que viola la Constitución y el Acuerdo de Barbados que dice apoyar. Maduro tiene miedo de enfrentarse a mí porque el pueblo venezolano está en la calle conmigo”. [Cita: Reuters]
Otras alternativas
La voz de Henrique Capriles, derrotado por Maduro en 2013 y también inhabilitado para competir, resalta que la gente debe decidir pese a la adversidad y contra el aparato estatal. “Cuando no votas, caes en el juego del adversario y le das libertad para moverte sin rendir cuentas”, explicó. A su juicio, ganar exige entender que el tablero no se reduce a una persona, sino al deseo de un cambio mayoritario en el país. Capriles sostiene que la victoria frente a la corriente siempre es más dura, pero imposible si se elige la abstención. Machado no debió agradecer esas palabras.
Capriles insistió en que, bajo ningún concepto, se debe abandonar la fuerza del voto. En un panorama tan complejo, la prioridad es anteponer el bienestar del país y de los venezolanos a cualquier interés personal para evitar que Maduro obtenga seis años más en el Palacio Miraflores. Señaló que el líder chavista carece de mayoría real y que la estrategia actual de “dividir” a la oposición podría favorecer la abstención. El consejo práctico para quienes observan el proceso es salir a votar para evitar un resultado que beneficie al gobierno.
Las fichas se mueven y la PU, junto a otros partidos, se quedan sin mucho margen. Estados Unidos reiteró su presión para que se levanten las restricciones sobre Machado y se respeten los acuerdos de Barbados que buscaban un proceso más inclusivo y competitivo. La acción de Washington podría traducirse en nuevas sanciones. Como parte de un protocolo formal, el CNE invitó a la Unión Europea, a expertos de Naciones Unidas y al Centro Carter para observar los comicios, que se asegurarán de que se lleven a cabo con plena conformidad constitucional. Machado podría considerar que ese comentario del órgano electoral es más una señal que una promesa. Según la publicación Tal Cual, debe decidir pronto si participará o boicoteará las elecciones.