Juan Andrés Gilgado León, a man from Spain, faced a jury after being charged with the murder of a friend at the Blue Lion pub in Calatayud on the night of August 13, 2022. The body of José Carlos Pascual Valtueña was found after Gilgado León reportedly woke up inside the establishment, having in the days prior left his home following a dispute with his partner. He stated that his mind was blank from the night of the early hours until waking in the pub, where he decided to inform the police about the dead man he saw nearby. He described waking in the club and discovering a corpse, then taking the appropriate steps to contact the authorities, noting that he had no clear memory of events until the following morning.”
El acusado explicó al tribunal del jurado, presidido por el magistrado José Ruiz Ramo, que el 9 de agosto mantuvo «una discusión» con su expareja –«me fui de casa porque ya no la aguantaba más, me maltrataba psicológicamente», aclaró– que le llevó a abandonar la vivienda y a pedir «cinco gramos de cocaína» a un amigo. Ayer incidió en que su último recuerdo se remonta a la medianoche de ese mismo martes al esbozar un vago episodio entre dos discotecas del municipio bilbilitano, inmerso en la celebración de las fiestas de San Roque.
Tras seis días en los que estuvo consumiendo cocaína y «bebiendo alcohol», despertó el lunes 15 de agosto en el pub Blue Lion que había regentado con anterioridad y que, por esa época, ya se encontraba cerrado al público. «Miré el calendario y vi que era lunes. Me aseé un poco, abrí la puerta y, entre el sofá y la barra, vi un bulto, retrocedí, vi los pies y salí corriendo. Necesitaba una explicación porque no encontraba una lógica y un motivo e hice lo correcto en ir a la comisaría», rememoró Gilgado León. «Desde el martes no recuerdo nada hasta que amanecí en la discoteca. Siempre he tenido pequeñas lagunas mentales, pero a lo de estos seis días no le encuentro explicación», añadió.
No recordó, por tanto, las extracciones por importe de 1.310 euros que efectuó horas después con la tarjeta bancaria del finado. Más allá de sostener un estado de amnesia total, el acusado declaró ser un consumidor habitual de drogas. A preguntas de su abogado, el penalista José Luis Melguizo, confirmó su participación en programas de desintoxicación y deshabituación de drogas tanto en Extremadura como en Aragón. También indicó que es consumidor de sustancias estupefacientes desde los 17 años.
“Era un buen amigo, una excelente persona y cliente de los locales que yo tenía. Todavía no entiendo qué paso, no hay motivo alguno y… ¿llegas a eso? No lo entiendo”
El jurado escuchó a Gilgado León expresar que no abandonaría la sala sin antes dirigirse al presidente para pedir permiso para unas últimas palabras. El magistrado le comunicó que podría volver a hablar ante el jurado el jueves.«Me gustaría pedir disculpas a la familia. Él no tenía culpa de nada. Era inocente», comentó ya en pie. Con anterioridad, durante su declaración, había dirigido palabras a la víctima. «Era un buen amigo, una excelente persona y cliente de los locales que yo tenía. Todavía no entiendo qué paso, no hay motivo alguno y… ¿llegas a eso? No lo entiendo», insistió.
La constitución del jurado comenzó a las 09.30 y, alrededor de las 11.00, se dio por cerrada la configuración con ocho mujeres y un hombre. La vista inició con la intervención de la representante del ministerio fiscal, que solicita una pena de 23 años de cárcel por el delito de asesinato con agravantes de alevosía, ensañamiento y la comisión de un segundo delito, además de una atenuante por confesión. También se solicitan tres años más por un delito continuado de estafa.
La acusación particular, a cargo de Juan Martín Calvente, eleva la pena hasta 30 años al entender que no existe eximente para rebajarla. «Ni tan siquiera valorar la confesión», señaló el abogado. «La atenuante de confesión es de libro», respondió Melguizo, que mencionó problemas de salud mental, drogadicción y alcoholismo que afectan al encausado. «No vamos a solicitar la exención penal, pero sí modular la responsabilidad de sus actos», concluyó.
La sesión también contempló otros elementos de prueba y testimonios relevantes para el caso, que continúan en desarrollo ante el tribunal. En todo momento, el objetivo fue esclarecer las circunstancias que rodearon el aterrador hallazgo y las conductas posteriores atribuidas al acusado, así como valorar la influencia de sustancias y estados de ánimo en el comportamiento durante ese periodo.
Las partes mantienen sus posiciones sobre la interpretación de los hechos y la aplicación del marco penal correspondiente. Los próximos testimonios y pruebas periciales se esperan para ilustrar la cronología exacta de lo ocurrido y la relación entre los actos y las circunstancias que rodeaban la noche de la tragedia.