Los 14 pisos del edificio de la rotonda de General Avilés en Valencia ardieron en pocas horas. Este inmueble, construido entre 2005 y 2008 por la promotora Fbex, tenía como objetivo albergar 138 viviendas de lujo en pleno auge inmobiliario. Con la llegada de la crisis, la promoción nunca logró las expectativas, aunque sus acabados se promocionaban con una fachada ventilada pensada para mejorar el ahorro energético. Este detalle, sin embargo, se consideró un posible acelerador de la combustión cuando se desataron las llamas, especialmente ante rachas de viento de 60 km/h.
¿Qué materiales se utilizaron para construir la fachada del edificio de Valencia que contribuyó a la propagación de las llamas?
En concreto, el edificio siniestrado presentaba una fachada ventilada con seis capas. Los ladrillos llevaban un aislante térmico de poliuretano, un material que tiende a arder con rapidez. Tras ello existía una capa de aire, determinante para el desarrollo de las llamas, y un revestimiento de placas de metal con polietileno en su interior, un material asociado a la marca Alucobond. Así lo explicaron a este medio responsables de la Asociación de Instaladores de Aislamiento, que agrupa a profesionales que aplican en edificaciones la normativa de aislamiento térmico y estanqueidad al aire, soluciones acústicas, impermeabilización, salubridad y protección frente al radón y contra el fuego.
¿Qué es el efecto chimenea?
Eran paneles de la marca Alucobond formados por dos láminas de cubierta de aluminio y un núcleo relleno de agregado mineral difícilmente inflamable o no inflamable. Su uso está pensado para una fachada ventilada que favorece el aislamiento acústico y térmico, de modo que contribuye al ahorro energético. Sin embargo, en la propagación del fuego, la ventilación de la fachada a través de la capa de aire, facilitada por el fuerte viento, generó un efecto chimenea que expandió las llamas y elevó la temperatura de la combustión, además de liberar gases, según varios expertos.
¿Son seguros estos materiales actualmente?
El arquitecto Roger Sauquet, profesor de arquitectura ETSAV-UPC, explica que el poliuretano puede estar presente en la parte aislante de un edificio y que las placas utilizadas en un inicio se hacían con resina combustible, pero ya no. Tanto el poliuretano como el polietileno son combustibles, aunque su comportamiento al fuego puede mejorar mediante revestimientos. A partir de una altura de 28 metros como aislamiento de una fachada ventilada no se permite utilizarlos; Sauquet añade que para inmuebles altos, como el siniestrado, se puede optar por lana mineral o morteros técnicos, rellenos de aire, corcho o partículas aislantes. También señala que la empresa Alucobond dejó de usar polietileno en sus revestimientos entre 2002 y 2005 y que, actualmente, ya no se emplean esos materiales en la fachada.
¿Pudo evitarse la propagación del fuego en la fachada?
El edificio de Valencia recibió una licitación en 2005, y la normativa de prevención de incendios vigente en ese entonces es la de 2007. En la actualidad, las fachadas cuentan con barreras en la cámara que actúan como cortafuegos. Solo se revisan edificios anteriores a la normativa si en una inspección se detecta algún riesgo. El Documento Básico de Protección contra Incendios del Código Técnico de la Edificación, conocido como CTE DB-SI, vigente, determina que los materiales deben resistir a la combustibilidad, a la aparición de humos y a la caída de gotas o partículas inflamadas.
¿Cómo saber de qué material está hecha una vivienda?
El registro de cada ayuntamiento, solicitando ver la licencia y el proyecto de obras, permite obtener información sobre los materiales usados y la normativa vigente en cada momento. Aunque algunos datos pueden resultar técnicos, una explicación adecuada ayuda a entenderlos, según explicó a este medio David Jiménez, jefe de servicios técnicos del Col·legi d’Enginyers Graduats i Enginyers Tècnics Industrials de Barcelona.
¿Cómo ha evolucionado la normativa contra incendios?
La tecnología avanza y cada vez se emplean más materiales con mejores prestaciones. La primera norma para la prevención de incendios en España apareció en 1974, seguida de hitos en 1982, 1991, 1996 y 2006, en función de las mejoras técnicas. En la actualidad, el Código Técnico de la Edificación establece requisitos clave para la prevención y protección contra incendios en la construcción de edificios. Estos requisitos abarcan la resistencia al fuego de los materiales, la compartimentación adecuada de espacios, sistemas de detección y extinción, y las rutas de evacuación.
¿Los materiales usados son ignífugos?
Con el impulso de la eficiencia energética, se emplean materiales que garantizan el aislamiento de las edificaciones. El reglamento de productos de la construcción especifica el tipo de material y, siempre, en función de su reacción al fuego, es decir, puede quemar pero no propagar. Los fabricantes realizan ensayos para asegurar seguridad, y la normativa, el proyecto y la garantía del instalador deben respaldar cada uso. Los certificados correspondientes deben estar visados por el ayuntamiento para otorgar la licencia de obras y ejecutar las obras. El ciudadano debe tener acceso a la información sobre el material utilizado en este proyecto técnico.
¿Qué pasa cuando se detectan riesgos?
La normativa establece que los edificios deben pasar una inspección técnica para verificar que no existen problemas estructurales. En los edificios más antiguos, esta revisión es obligatoria. Si se detectan materiales o daños, deben rehabilitarse a costa de la comunidad de propietarios, aunque la administración ofrece ayudas para ello.