Sólo hubo un personaje asexual en la ficción española de 2023. Era Tara, de UPA Next, quien se definió explícitamente mediante un diálogo. También se detectó un incremento de personajes no binarios, seis, cinco más que en el ejercicio anterior. Entre los personajes racializados, apenas dos mostraron discapacidad. Aunque parece haber avances, los datos del Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) revelan que España continúa suspendiendo en diversidad: persiste un estancamiento generalizado en la creación de papeles que rompan con la heteronormatividad tanto en cine como en televisión.
En total, se analizaron 1.756 personajes de 101 películas y 70 series. El 52,84% correspondía a hombres y el 47,38% a mujeres. Estas cifras señalan una ligera mejora para ellas, debido al aumento de directoras, productoras y guionistas en el último año. Asimismo, el expediente destaca un auge de tramas que emplean la masculinidad hegemónica como elemento cómico. “Es interesante la aparición de estas narraciones, pero nos gustaría que se trataran en otros géneros y que su presencia no siempre esté ligada a una parodia poco crítica”, recoge el informe.
Respecto a la racialización, no hay mejora ni empeoramiento: un 12,36% en series y un 13,62% en filmes. “Los datos resultan llamativos si se tiene en cuenta que hemos analizado títulos como Chinas y Ocho apellidos marroquís. No deja de sorprender que se sigan produciendo ficciones que, aunque pretenden abordar esta representación, en el fondo desarrollan relatos de personajes blancos”, apunta. La diferencia es notable: 227 papeles racializados frente a 1.529 blancos. Por su origen, 115 corresponden a personas latinas, 39 a negras, 28 a árabes, 23 a gitanas y 22 a asiáticas.
En el ámbito de la discapacidad ocurre lo mismo: los números siguen alejados de la realidad social, ya que en España el 9,5% de la población tiene algún tipo de diversidad funcional. En concreto, se identificaron 29 personajes en películas (3,66%) y 22 en series (2,28%). “Cabe destacar a Eloy en Bienvenidos a Edén, un chico sordo y gay cuyo arco narrativo se ha desarrollado de manera compleja e interesante, pues lo integra como parte de su identidad”, subraya. Otro elemento destacado es que, en esta producción, sus compañeros se comunican en lengua de signos.
Pocos títulos LGTBIQA+ se mencionan de forma explícita, aunque la representación intersexual aún no ha dado el salto a la pantalla. El año pasado apareció el primer personaje asexual. Aunque puede verse como un avance, en 2023 el 5,93% de las cintas y el 13,08% de las series pertenecen a este colectivo. “Este aumento podría parecer positivo, pero sus tramas no siempre presentan un desarrollo profundo”, explica el informe. La mayor parte de estos personajes se concentra en dramas, comedias y tragicomedias y suelen verse reducidos a un rango de edad entre 18 y 30 años.
“A su vez, suelen estar asociados a historias sobre la búsqueda de pareja, la discriminación social y familiar, y la promiscuidad. Este año se registraron producciones destacadas como Vestidas de azul, Te estoy amando locamente y Las noches de Tefía, que buscan recuperar y construir un pasado común de las personas queer en España”, sostiene. En total hubo 48 papeles lésbicos, 52 gays, 53 bisexuales y 25 trans.
Perspectivas y desafíos en la representación
Los datos analizados revelan que, si bien se aprecian avances en la diversidad, la representación sigue concentrada en un conjunto limitado de estereotipos y tramas. El aumento de voces femeninas trasciende la mera cantidad; se observa una tendencia a desarrollar historias con perspectivas más distintas y complejas. Esas narrativas aportan matices necesarios para romper con visiones reduccionistas y para ampliar la conversación pública sobre las identidades diversas en el cine y la televisión.
La presencia de personajes racializados, aunque menor en número, invita a una reflexión sobre la autenticidad de las representaciones. Ante la persistencia de historias centradas en personajes blancos, surge la necesidad de ampliar el abanico de experiencias culturales, étnicas y geográficas que se denuncian como relevantes para el público contemporáneo. La diversidad no es solo un recuento numérico, sino un compromiso con la verosimilitud y la inclusión en las tramas.
En el terreno de la discapacidad, la crítica apunta a una necesidad de construir arcos narrativos que expliquen claramente la diversidad funcional sin reducir a los personajes a su condición. Es crucial que estos roles aporten profundidad, identidad y agencia, evitando enfoques simplistas o exotizantes. El interés por incluir a personajes con diversidad funcional se mantiene, pero todavía hay margen para avanzar en profundidad y consistencia.
En conjunto, el informe subraya la urgencia de ampliar el repertorio de roles que rompan con la heteronormatividad y que reflejen con mayor fidelidad la diversidad real de la sociedad. Más allá de la cantidad, la calidad de las historias y la libertad creativa para explorar identidades diversas deben ser pilares del desarrollo audiovisual en España y más allá. La conversación continúa, y la industria parece dispuesta a escuchar voces nuevas y necesarias para un panorama más rico y representativo.