La coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Denise Brown, expresó este miércoles una profunda tristeza y consternación ante la muerte de tres ucranianos causadas por un ataque del Ejército ruso contra una localidad en la zona de la provincia de Donetsk, en el este del país. El proyectil impactó un edificio de cinco plantas y un hospital, dejando a la población en un momento de gran vulnerabilidad.
Brown declaró en un comunicado que estaba “profundamente entristecida y conmocionada” por las noticias procedentes de Selidovo, una ciudad de la región de Donetsk. El ataque nocturno dejó tras de sí más víctimas civiles, dañando un hospital, viviendas e infraestructuras civiles cercanas. Entre las víctimas se encuentran una mujer embarazada y una madre junto a su hijo, un bebé de seis meses, mientras varios otros resultaron heridos, entre ellos niños, una situación que la coordinadora describió como “espantosa” para la población afectada y para el personal sanitario que atiende a las personas más vulnerables.
La administración hospitalaria tuvo que evacuar a aproximadamente 45 pacientes durante la madrugada. Brown recordó que estas evacuaciones no son inusuales en una ciudad que ha sufrido ataques previos, ya que el complejo médico también fue blanco de un asalto en noviembre de 2023. Este recordatorio subraya el impacto repetido de la violencia en las infraestructuras sanitarias y en quienes dependen de ellas para su supervivencia diaria, especialmente en un entorno bélico que ya ha agotado física y emocionalmente a la población local.
“Cada ataque contra instalaciones de atención médica refuerza la devastadora realidad de la guerra en Ucrania y su costo humano”, añadió Brown. “Los hospitales deben permanecer como refugios seguros para las personas que buscan ayuda médica, sin importar cuán devastadoras sean las circunstancias”. La coordinadora destacó que este tipo de ataques contra la salud constituyen una violación grave del Derecho Internacional Humanitario, y citó que la Organización Mundial de la Salud ha registrado 28 ataques de este tipo en lo que va de 2024, señalando la necesidad de protección especial para la atención sanitaria en zonas en conflictos.
Según informes de la ONU y calculaciones de especialistas, las consecuencias de estas agresiones se extienden más allá de las víctimas directas, afectando la capacidad de la comunidad para recibir atención médica adecuada, el funcionamiento de emergencias y la respuesta humanitaria en la región. Organizaciones administrativas y sanitarias continúan monitoreando la situación para coordinar esfuerzos que garanticen la seguridad de trabajadores de salud y la continuidad de servicios esenciales, mientras la población intenta sobrellevar el desgaste de la violencia diaria. Estos hechos refuerzan la urgencia de cumplir con las normas humanitarias y proteger a quienes buscan apoyo médico, ante un conflicto que sigue sumando impactos a la vida civil y al bienestar general en la zona oriental de Ucrania, donde las tensiones siguen aumentando y la estabilidad parece lejana [UN News].