El inicio del caso
El caso captó la atención de los medios en septiembre de 2023, cuando la Guardia Civil hizo una visita al complejo de entrenamiento del Real Madrid en Valdebebas para detener a los jugadores y presentarlos ante un juez. La denuncia inicial señalaba a Ferrán Ruiz y Juan Rodríguez, quienes supuestamente grabaron el episodio en junio del año anterior.
La investigación se amplió a dos jugadores más de la cantera, quienes, aunque no fueron los que grabaron el encuentro, sí enfrentaron interrogatorios por supuestamente haber difundido las imágenes. Andrés García estaba en la misma área que los otros y mantenía relación con la mujer adulta involucrada. Raúl Asencio, por su parte, se encontraba cerca de una piscina con una tercera joven que era amiga de las dos víctimas.
El día de los hechos, los cuatro estaban de vacaciones en Gran Canaria y acordaron encontrarse con tres mujeres para visitar un local nocturno. Mientras Asencio y la tercera mujer se apartaron para nadar en la piscina, las otras dos mujeres permanecieron con los futbolistas y presuntamente grabaron el encuentro sexual.
Fuentes judiciales señalan que los jugadores no fueron corteses con la menor
Los cuatro sospechosos están bajo investigación por presuntos actos de revelación de secretos y pornografía infantil. Las relaciones sexuales con las dos presuntas víctimas, de 16 y 18 años, se describen como consensuadas. Sin embargo, el magistrado Julio Wood, titular del Juzgado de Instrucción No. 3 de San Bartolomé de Tirajana, estudia si el video fue grabado sin consentimiento y si luego se distribuyó entre terceros.
Las autoridades subrayan que el centro de la discusión gira en torno a si el video se compartió más allá del círculo inicial, y no sobre las relaciones sexuales en sí mismas.
Fuentes señalan que las únicas declaraciones desde las instancias madrileñas se realizaron de forma telemática por parte de Andrés García y Raúl Asencio, quienes respondieron a preguntas de sus abogados para negar los hechos que dieron origen a la denuncia. En contraste, Ferrán Ruiz y Juan Rodríguez optaron por guardar silencio cuando fueron citados el 22 de diciembre del año anterior, a la espera de los resultados del volcado de datos digitales.
Esta fase de la investigación, destinada a esclarecer quién difundió las imágenes, se prolongó durante meses debido, entre otros factores, a recursos de las defensas para frenar la extracción de datos. La Fiscalía había solicitado acceso limitado al video, pero el juez permitió que el proceso continuara. Un abogado defensor del jugador canario sostuvo que esa medida vulneraría la privacidad de su cliente, pero la petición fue denegada, lo que permitió a los peritos de la Guardia Civil analizar todos los dispositivos implicados.
Primeras acciones en el caso
El caso volvió a ocupar titulares en septiembre de 2023 cuando agentes de la Guardia Civil llegaron al complejo urbano del Real Madrid para detener a los jugadores y someterlos a la autoridad judicial. La denuncia inicial se centró en Ferrán Ruiz y Juan Rodríguez, presuntamente involucrados en la grabación del suceso en junio del año anterior.
La investigación se amplió para incluir a otros dos jugadores de la cantera, que, si bien no grabaron el encuentro, fueron interrogados por la posible difusión del material. Andrés García se mantuvo en la zona sur de Gran Canaria, donde estaba vinculado a la mujer adulta, mientras Raúl Asencio estuvo cerca de una piscina junto a una tercera joven, amiga de las víctimas.
En la noche de los hechos, los cuatro hombres se encontraban de vacaciones en Gran Canaria y se reunieron con tres mujeres para asistir a un local nocturno. Durante el transcurso, Asencio y una de las mujeres se apartaron para nadar, dejando a los otros dos jugadores en compañía de las dos jóvenes que presuntamente grabaron el encuentro.
No se detectaron comentarios despectivos en el teléfono de Raúl Asencio
Las jóvenes sospecharon desde el inicio que un dispositivo móvil podría haber grabado sin su consentimiento, y expresaron esa inquietud apenas ocurrida la situación. Los futbolistas aceptaron que existía el video y acordaron borrarlo, pero meses más tarde las víctimas tomaron conocimiento de que no había sido eliminado y de que el material había llegado a terceros ajenos al lugar del encuentro.
Los implicados no han sido excluidos del programa de fútbol madrileño, aunque la situación ha afectado, en menor medida, su trayectoria deportiva. Asencio, el más veterano en términos profesionales, fue convocado un día antes de testificar para jugar contra el Alavés. No obstante, el club dio marcha atrás en el último momento, señalando que era lo mejor para el equipo y para el propio jugador.
La lectura de la historia está incompleta si no se observa el lado humano detrás de cada expediente: derechos, responsabilidades y la necesidad de proteger a menores. Esta cobertura busca presentar hechos y contexto de forma responsable, sin sensacionalismo, manteniendo el foco en el desarrollo legal y las repercusiones para todos los involucrados.