Relaciones entre Rusia y Estados Unidos en el contexto de las elecciones
Tanto el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como la vicepresidenta Kamala Harris, enfrentan escepticismo desde Moscú. En las últimas semanas, el Kremlin ha mostrado una marcada preferencia por el desafío republicano, Donald Trump, y ha hecho comentarios que subrayan ese sesgo. En una intervención reciente, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, señaló que algunas declaraciones en torno a Harris contenían una retórica hostil hacia Rusia. Además, sostuvo que por ahora no se han observado avances ni retrocesos claros en las relaciones bilaterales, positivamente o negativamente, y añadió que la campaña electoral estadounidense no debe convertirse en un tema prioritario para Rusia, dado que es un asunto interno de Estados Unidos y no una agenda moscovita.
La conversación pública en Rusia ha enfatizado que los vaivenes políticos en Estados Unidos no deben sorprender a nadie. En este análisis, los comentaristas y propagandistas rusos han seguido de cerca las variaciones propias de la política estadounidense, comparando a Harris con figuras históricas para ilustrar posibles escenarios, sin dejar de recordar que el Kremlin mantiene un interés estratégico en las dinámicas de la relación bilateral. Este enfoque subraya una postura de cautela ante cualquier cambio brusco de rumbo y, al mismo tiempo, una clara delimitación de las prioridades nacionales rusas.
Amistad con Donald
En contraste, Donald Trump es visto de manera más favorable por las esferas de poder de Moscú. El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso y ex presidente Dmitri Medvédev dejó constancia de que el líder republicano goza de una imagen positiva frente a las autoridades rusas. Sus declaraciones surgieron después de un incidente que afectó a Trump, y las redes sociales fueron usadas para expresar la creencia de que, de sobrevivir a ese momento, podría vencer en las elecciones. Más temprano, Medvédev apuntó que con un gobierno encabezado por Trump es probable que Rusia persiga objetivos específicos en Ucrania sin grandes obstáculos, destacando una aparente alineación de intereses entre Moscú y el candidato republicano.
Asimismo, Vladímir Putin ha manifestado su confianza en la posibilidad de un retorno de Trump a la Casa Blanca y en la adopción de una postura de paz por parte del magnate. En sus intervenciones, Putin dejó en claro que no se tienen dudas sobre la voluntad de Trump para frenar el conflicto en Ucrania y que esa actitud es tomada muy en serio. Durante sus mandatos, ambos líderes mostraron una buena relación cuando se encontraban en cumbres internacionales como la reunión del G20 en 2019, lo que ha alimentado la percepción de una cooperación pragmática entre Moscú y un eventual gobierno estadounidense bajo Trump.
Este mosaico de declaraciones y percepciones en la esfera pública refuerza la idea de que las dinámicas entre Rusia y Estados Unidos durante el proceso electoral se mueven entre la prudencia y la afinidad percibida con ciertos candidatos. En la práctica, la conversación oficial en Moscú sugiere que las prioridades rusas se centran en evitar que el tema interno estadounidense domine la agenda internacional y en mantener canales de comunicación que puedan ayudar a gestionar crisis regionales, incluso si las simpatías por un oponente político en Washington varían con el tiempo.
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