Reconfiguración de alianzas y tensiones en la frontera Bielorrusia-Ucrania

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Ucrania enfrenta numerosos desafíos y parece que los problemas se acumulan a lo largo de su frontera con Bielorrusia, donde Minsk despliega fuerzas y vehículos blindados desde hace semanas. Las maniobras de las fuerzas de Alexandr Lukashenko han encendido las alertas en Kiev. Las autoridades ucranianas advirtieron el pasado domingo a sus homólogas bielorrusas que tomarán medidas para defender su frontera si Lukashenko se niega a retirar sus tropas para sacarlas del alcance de armas ucranianas.

El propio líder bielorruso señaló que cerca de un tercio de sus Fuerzas Armadas se movieron hacia la frontera este verano. Lukashenko señaló que se trataba de maniobras, pero ese movimiento recuerda a las operaciones de febrero de 2022, cuando tropas rusas y bielorrusas realizaron ejercicios conjuntos poco antes de que comenzara la invasión. Días después, esas mismas fuerzas rusas se dirigieron a Kiev para avanzar con la ofensiva que, desde Moscú, se esperaba que durara solo unos días.

Con ese recuerdo en la memoria, Ucrania ha advertido a su vecino del norte que, si no respeta la frontera entre ambos estados, Kiev tomará todas las medidas necesarias para ejercer su derecho a la autodefensa. En el mismo documento, se añadió que todas las tropas concentradas, instalaciones militares y rutas de suministro en Bielorrusia se convertirán en objetivos legítimos de las Fuerzas Armadas ucranianas. Además de las fuerzas regulares de Minsk y las unidades especiales, la inteligencia ucraniana señala que podrían concurrir contingentes de los mercenarios de la compañía Wagner en la frontera sur de Bielorrusia.

Antes de la invasión de la provincia de Kursk a principios de agosto, ya circulaban rumores sobre la posible participación directa de Bielorrusia en la guerra entre Rusia y Ucrania, una posibilidad que cobró fuerza este mes. No obstante, algunos analistas dudan de que sea un escenario plausible. Sería considerado un alto riesgo para las tropas de Minsk. Las defensas de Ucrania en su frontera con Bielorrusia son sólidas, afirman especialistas consultados sobre el tema.

Desde el sur de Bielorrusia, llegaron las tropas rusas que buscaron asaltar la capital ucraniana a principios de la guerra. Hoy, la idea de que Bielorrusia se sume a la contienda junto a Moscú parece menos probable. La relación entre estas dos naciones eslavas no pasa por su mejor momento, como se aprecia en la queja del presidente bielorruso por un supuesto dron que habría entrado en su espacio aéreo a mediados de agosto, o en los comunicados del Gobierno ucraniano hacia su vecino del norte. Muchos analistas señalan que Lukashenko dará lo necesario para no unirse plenamente al conflicto, ya que hacerlo podría costarle el mandato.

Hermanos de armas

Lukashenko es visto como un aliado fiel de su homólogo ruso, Vladímir Putin. Algunos lo han llamado vasallo, aunque él sostiene que para el presidente ruso es como un hermano mayor. La familia puede ser complicada y este caso no es la excepción. A pesar de la intención de Lukashenko de mantener el control absoluto de su territorio, sus decisiones a menudo requieren la aprobación de Moscú. Cuando las tropas ucranianas penetraron en Kursk, las alarmas en Minsk se dispararon. Algunos incluso hablaron de la posibilidad de que Bielorrusia entrara en la guerra para apoyar al hermano mayor en el frente.

Además de la guerra convencional, en la llamada guerra híbrida Bielorrusia juega un papel clave. Repetidamente se ha convertido en un punto de apoyo para migrantes provenientes de Oriente Medio y África, aprovechando las facilidades de Moscú y Minsk para desestabilizar vecinos como Polonia, Lituania y Finlandia. Las fuerzas de seguridad facilitan el paso hasta la frontera, pero cuando los guardias fronterizos no permiten la entrada a la UE, tampoco se les deja regresar a Rusia o Bielorrusia. Este tipo de acciones se repiten anualmente desde 2021, año en que se registró el mayor incidente de esa naturaleza.

En aquel momento, antes de la guerra y de las sanciones posteriores, Lukashenko debía su supervivencia política al apoyo de Putin. En 2020, cuando las protestas prodemocracia sacudieron su régimen, el respaldo ruso resultó clave para mantenerlo en el poder. Además, el país depende económicamente de Rusia, que le provee materias primas a costo menor y créditos blandos que alivian su economía.

Salvoconducto de sanciones

Desde 2022 Bielorrusia ha compartido muchas de las sanciones con Rusia por su apoyo a la alianza rusa en la guerra, y se ha convertido en uno de los puertas de acceso para productos sancionados. Este flujo no es nuevo. En 2014, con las primeras sanciones contra Moscú por la anexión de Crimea, Bielorrusia se convirtió en exportador de mariscos y pescado, reprocesados con origen europeo, hacia Rusia.

La demanda de muchos rusos que no podían viajar a Turquía o a la UE ha impulsado la existencia de tours organizados. Autobuses desde varias provincias rusas llegan a centros comerciales de la capital bielorrusa con la promesa de poder adquirir productos de compañías occidentales. Algunos de estos tours se promocionan con la promesa de obtener una tarjeta bancaria usable en todo el mundo, a diferencia de las tarjetas rusas que desde 2022 solo pueden emplearse dentro de Rusia por la desconexión del sistemaSwift.

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