Cada vez son más los alicantinos que recurren a la Ley de Segunda Oportunidad para liberarse de deudas de forma definitiva. Este recurso existe desde 2015, pero su impulso se disparó tras la reforma de septiembre de 2022, cuando se introdujo el concurso exprés para agilizar sustancialmente los trámites.
De hecho, durante el año pasado, hasta 1.769 particulares acudieron a los juzgados de lo Mercantil para pedir la exoneración del pasivo insatisfecho, es decir, que un juez les perdonara sus deudas. Esta cifra triplica la del ejercicio anterior, cuando se registraron 571 solicitudes con la misma finalidad, según el balance más reciente del Consejo General del Poder Judicial. [Cita: Consejo General del Poder Judicial]
Además, todo apunta a que este fenómeno continuará creciendo, ya que la evolución del año pasado fue de menos a más: solo en el último trimestre se superaron las 600 peticiones, cifra superior a todo el año anterior. [Cita: fuente judicial]
Más que por una caída pronunciada de la economía, el impulso de estos concursos de acreedores de particulares se explica por las facilidades que ofrece la normativa vigente y por un mayor conocimiento de esta posibilidad, según las personas consultadas entre las firmas jurídicas. [Cita: firmas jurídicas consultadas]
Trámites sencillos
En este sentido, para acogerse a la figura basta con demostrar insolvencia, no tener antecedentes por delitos socioeconómicos y haber actuado de buena fe. Con el procedimiento simplificado se suprime la obligación de intentar previamente una mediación y no es necesario designar administrador concursal, salvo que algún acreedor lo solicite. [Cita: normativa vigente]
El resultado es que los tribunales alicantinos están resolviendo estos casos en un plazo medio de apenas tres meses, según señala Adrián Roca, del despacho Olima Abogados. En cuanto al perfil de las personas que solicitan la segunda oportunidad, Roca indica que ya hay demandantes de todas las edades y condiciones, aunque muchos llevan años, a veces décadas, resolviendo deudas acumuladas. [Cita: Olima Abogados]
Cabe recordar que, antes de la aprobación de la primera versión de esta ley, los particulares no podían declararse en concurso como las empresas, lo que les dejaba a responder de sus deudas de por vida y, en muchos casos, quedaban excluidos financieramente. [Cita: antecedentes normativos]
Con el cambio de 2015 se abrió esa posibilidad, aunque los trámites y el estigma social hicieron que el despegue fuera lento, hasta la reforma de septiembre de 2022. [Cita: historial normativo]
Este procedimiento también facilita que los afectados puedan conservar la vivienda u otro inmueble cuando la deuda supera al valor de mercado del bien. [Cita: beneficios de la Ley]
Menos concursos de empresas y autónomos
El aumento de particulares que recurren a la Ley de Segunda Oportunidad contrasta con el descenso de concursos de acreedores vinculados a la actividad empresarial. Así, las solicitudes de personas jurídicas —sociedades— pasaron de 306 en 2022 a 201 el año pasado, según el balance más reciente del Consejo General del Poder Judicial. Por su parte, las solicitudes de personas físicas empresarias —autónomos— caen de 148 a 63 en el mismo periodo, según las mismas fuentes.