La comparecencia de Hur y el marco de la campaña

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El mes pasado emergió el informe sobre el manejo de documentos clasificados por parte de Joe Biden. Aunque no se presentaron cargos, el documento dibujaba un retrato desfavorable de la memoria del presidente. En ese contexto, el entonces fiscal especial Robert Hur generó un giro significativo que aún resuena. Esta semana, ya como ciudadano privado tras dejar el Departamento de Justicia, volvió a estar en el centro del debate al testificar ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes. La sesión, organizada por los republicanos que controlan la Cámara, sirvió para subrayar las tensiones y los usos partidistas que rodean el informe, y para señalar el fuego cruzado que Hur ha enfrentado desde ambos bandos, anticipando lo que podría venir en los meses de campaña.

La sesión reavivó el foco sobre Biden, de 81 años, y sobre Donald Trump, de 77, quien enfrenta cargos vinculados a la gestión de material clasificado. En el terreno electoral, la edad de Biden y las cuestiones legales de Trump emergen como ejes centrales que podrían influir en las urnas de Estados Unidos y Canadá.

“No cambiaría una palabra”

La apertura de la sesión coincidió con la difusión de una serie de videos. Por un lado, los republicanos presentaron una reproducción prácticamente idéntica de la rueda de prensa de Biden en respuesta al informe, marcada por ataques contundentes y un lapsus público. Por otro lado, un montaje demócrata destacó fallos de memoria y balbuceos del expresidente, marcando el tono de confrontación que dominó el resto del día.

Durante la sesión, Hur defendió su informe y sus conclusiones. Afirmó que era “necesario” describir al presidente de cierta manera para sustentar la decisión de no presentar cargos, insistiendo en que “no cambiaría ni una palabra” y que “no suavicé mi explicación” ni “desacredité injustamente al presidente”.

Antes de la comparecencia se publicó la transcripción casi íntegra de las cinco horas de entrevista que Hur sostuvo con Biden los días 8 y 9 de octubre. Según Hur, el presidente mostró dificultades para recordar fechas clave, como la muerte de Beau, algo que Biden afirmó haber explicado en público, pero que la conversación no aclaró con precisión. El documento refleja que ninguna de las dos versiones ofrece respuestas perfectamente ajustadas a lo ocurrido.

“No le exoneré”

Hur rechazó interpretaciones demócratas que sugieren una exoneración total. “No le exoneré”, dejó claro, una frase que podría convertirse en recurso político para la campaña de Trump y sus aliados. El exfiscal indicó además que no encontró pruebas suficientes de retención voluntaria de documentos para imputarlo, y recordó que la idea de que un jurado podría ver a Biden como desmemoriado formaba parte de una evaluación para no presentar cargos.

Al mismo tiempo, no ofreció la munición que otros buscaban. Evitó etiquetar a Biden como “senil” y subrayó que esa palabra no figura en el informe. Señaló que la línea de razonamiento sobre posibles problemas de memoria fue solo una faceta entre varias consideraciones para decidir dejar las acusaciones de lado.

Los republicanos intentaron presentar la decisión de no imputar a Biden como un doble criterio, pero Hur aclaró en el informe las diferencias fundamentales entre ambos casos. Sostuvo que Trump enfrenta cargos por obstrucción, mientras Biden coopera plenamente, aunque en esta sesión evitó entrar en detalles o reiterar esas conclusiones con énfasis.

Ataques personales

Hoy, Hur aparece como una figura relativamente aislada desde distintos frentes políticos. Un congresista republicano, Tom Tiffany, llegó a describirlo como “parte de la guardia pretoriana que vigila la ciénaga en Washington y protege a las élites”.

En la arena demócrata, los ataques también fueron personales. El congresista Adam Schiff sostuvo que Hur tomó una “decisión política” y señaló que sabía muy bien lo que hacía al redactar un informe que mostró un tono particular sobre la memoria y los lapsos de Biden. Hank Johnson afirmó que Hur buscaba favorecer una visión que podría allanar el camino a futuros cargos para Trump, lo cual Hur negó categóricamente.

En la coyuntura actual, Hur permanece en el centro de atención como figura polarizadora. Su testimonio no solo define su lectura del informe, sino que también alimenta el debate continuo sobre equidad, memoria y responsabilidad en el manejo de documentos sensibles, en un periodo político de alta intensidad que se proyecta hacia las próximas elecciones presidenciales.

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