Denuncias previas
A principios de marzo, la organización agraria Asaja Córdoba presentó una denuncia ante el Ministerio de Agricultura dirigida a la Agencia de Información y Control de Alimentación (AICA). El objeto es la venta de naranjas procedentes de Egipto presentadas como si fueran del municipio cordobés de Palma del Río, comercializadas en un centro comercial de la capital. Se solicita iniciar el procedimiento correspondiente ante estas irregularidades, que afectan la confianza del consumidor y la claridad de la veracidad de los orígenes de los productos.
La organización detalla que el caso se refiere a la venta de naranjas con la etiqueta Naranja Nacional. En el punto de venta se observa un cartel destacado que repite repetidamente lemas como Naranjas de Palma del Río o El origen es su garantía, mientras que la etiqueta, en un tamaño mucho más pequeño, indica claramente que el origen real es Egipto. Este contraste entre el reclamo visible y la información real genera confusión entre los compradores y plantea preocupaciones sobre el control de etiquetado y la veracidad en la representación de la procedencia.
Aforo de cítricos
En la publicación Tierra Vida, correspondiente a noviembre-diciembre de 2023, Asaja-Sevilla ofrece un análisis detallado sobre la campaña de cítricos 2023/2024. Basándose en el aforo elaborado por MAPA, la producción nacional se situará un 14,4% por debajo de la media de los últimos cinco años, con una caída cercana a 967.000 toneladas respecto a esa referencia. Se anticipa que la cosecha de cítricos para la campaña será la segunda más corta de los últimos once años, con un total estimado de 5.754.184 toneladas. En contraste, la campaña anterior dejó una cosecha de 5.730.773 toneladas y la media de 2019 a 2023 fue de 6.721.133 toneladas, lo que subraya la volatilidad de los rendimientos y la sensibilidad del sector a variables climáticas y de mercado.
Sevilla como base productiva y distribución provincial
El aforo de la Junta de Andalucía indica que la provincia de Sevilla continuará siendo la principal zona productora de cítricos, seguida por Huelva. El conjunto de estas dos provincias podría representar aproximadamente dos tercios de toda la producción andaluza de cítricos y alrededor de dos tercios de la producción de naranja dulce. En particular, se prevé que la mandarina se coseche mayoritariamente en Huelva, acumulando alrededor del 70% de la producción total de Andalucía. El limón concentra su producción en Málaga y Almería, que juntas podrían representar el 95% del total regional. Estas proyecciones subrayan la distribución geográfica de cultivos y la especialización por variedad en distintas provincias, con efectos notables sobre la economía rural y la cadena de suministro.
En cuanto a la variación por tipo de fruto, se espera que la naranja dulce experimente una reducción de producción del 10% en Andalucía, mientras que la mandarinas y los limones mostrarán aumentos del 17% y 28% respectivamente. Estas cifras reflejan cambios de demanda y posibles ajustes en la planificación de siembras y costes de cultivo para la siguiente temporada. La distribución por zonas refuerza el papel de Sevilla como motor de la producción, seguida por Huelva, con una participación combinada que continúa marcando la pauta de la región.
La proyección regional sitúa a Sevilla y Huelva como las zonas con mayor peso en la producción, con un impacto significativo en la oferta de fruta fresca dentro de Andalucía y, por extensión, en el mercado nacional. El análisis también señala que la mandarina tendrá su mayor concentración de producción en la provincia de Huelva, mientras que el limón permanecerá más asociado a las áreas de Málaga y Almería, donde la actividad citrícola se mantiene como uno de los pilares agrícolas de la comunidad.
En resumen, la campaña 2023/2024 enfrenta desafíos de volumen, con una caída prevista en la producción nacional y variaciones regionales marcadas. La estabilidad del suministro dependerá de factores climáticos y de las prácticas de manejo, pero Sevilla y Huelva siguen siendo los pilares de la producción citrícola en la región, con una distribución que afectará tanto a precios como a la disponibilidad en mercados minoristas y mayoristas. Estas dinámicas serán tema de seguimiento para agricultores, cooperativas y autoridades agrarias en los próximos meses, mientras se ajustan las estrategias de cultivo y comercialización para mitigar impactos y garantizar calidad y transparencia en el origen de los productos.