El consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reunirá este jueves por segunda vez en 2024 para, como cada seis semanas, evaluar la evolución económica de la zona euro y decidir sobre la política monetaria. Sus miembros —los seis integrantes del comité ejecutivo y los 20 gobernadores de los bancos centrales nacionales de la unión monetaria— han dejado entrever que no habrá cambios sustanciales. Aun así, el mercado está atento a las señales que pueda lanzar la institución y a cualquier comentario de Christine Lagarde, con miras a entender cuándo podría comenzar el esperado ciclo de recortes de tipos.
Qué se espera que decida sobre los tipos
Una variación sería una sorpresa. Desde que se elevó el nivel de los tipos el año pasado, la BCE ha insistido en que las tasas han alcanzado un umbral que, sostenido por un periodo razonable, debería ayudar a devolver la inflación a su objetivo de forma sostenida. Por ello, la política monetaria podría mantenerse estable por una cuarta reunión consecutiva, después de un periodo de alzas rápidas para frenar la inflación. El tipo principal podría permanecer en su nivel más alto desde hace décadas, y la facilidad de depósito podría seguir en su máximo histórico. Aun así, es plausible que Lagarde reconozca por primera vez que el consejo ya ha empezado a debatir cuándo podría iniciarse una normalización de los tipos, un primer paso hacia posibles recortes.
Cuándo podrían empezar a bajar los tipos
La gran pregunta es cuándo. Lagarde fijó a mediados de enero un plazo para una posible primera bajada tras la reciente fase inflacionista, situando la posibilidad en la segunda mitad del año. No se trata de un compromiso firme, sino de una estimación condicionada a que no surjan impactos negativos en la trayectoria de la inflación debidos a salarios, márgenes empresariales, precios de la energía o cuellos de botella globales. Lagarde ha insistido en que no se debe tomar una decisión apresurada que pudiese hacer subir de nuevo la inflación.
Cuándo prevé el mercado que se produzcan los recortes
Antes de las declaraciones de Lagarde, la opinión general era que los recortes comenzarían en primavera y que podrían acumularse en el transcurso del año. Con las recientes advertencias, los analistas han ajustado sus expectativas hacia un inicio más tardío, probablemente en verano, con varios recortes en secuencia. Es importante recordar que la inflación en la región ha mostrado resistencia, y el comportamiento de la inflación subyacente continúa siendo un factor central. Los mercados evalúan cada indicio de la autoridad monetaria para calibrar el ritmo de las reducciones.
Qué se espera de las nuevas previsiones macroeconómicas
Una de las claves de la reunión es la actualización trimestral de las proyecciones macroeconómicas. En el informe anterior, se adelantó una trayectoria para la inflación y el crecimiento que podría implicar ajustes ligeros, más allá de cambios notables. En cuanto al producto interior bruto, las autoridades estimaron un crecimiento moderado para este año y tasas similares para los dos años siguientes. Los expertos esperan que se mantenga cierta estabilidad en las proyecciones de inflación, lo que podría apoyar la decisión de mover o no los tipos, dependiendo de la evolución de la economía en los próximos meses.
Qué efecto tendrá en las hipotecas y los depósitos
La expectativa de que los recortes empezaran en primavera hizo que ciertos indicadores hipotecarios variaran desde niveles relativamente altos hacia rangos más moderados. Sin embargo, las señales de que la normalización podría demorarse hizo que algunos índices de referencia volvieran a comportarse de forma volátil. Aun así, las cuotas de hipotecas con revisión semestral han mostrado descensos puntuales y las revisiones anuales se han moderado, con posibles nuevas caídas en los meses venideros. Para los nuevos préstamos hipotecarios, también se aprecia una ligera disminución en las tasas. El coste de los nuevos depósitos ha mostrado una reducción, y este desahogo podría intensificarse si las autoridades bajan el precio del dinero, con rapidez variable según el calendario de recortes. El ritmo de estos movimientos dependerá de cuándo y con qué intensidad decida actuar el BCE.