Tras múltiples especulaciones sobre el estado de salud de Kate Middleton por no haber aparecido en público desde que fue intervenida a principios de enero por una cirugía abdominal, y tras la publicación de su primera foto o prueba de vida en la que aparecía con gafas de sol, en un coche conducido por su madre, y de la que también se ha dicho que podría estar manipulada, ya que el Audi parece tener cinco ruedas y la duquesa no muestra el lunar característico en la comisura derecha de la cara, la princesa de Gales compartió una fotografía con sus tres hijos con motivo del Día de la Madre el pasado domingo.
Este acto aparentemente inocente de compartir un retrato familiar se ha convertido en tema de conversación mundial, en una tormenta mediática que ya tiene nombre, el hashtag Kategate, con muchas preguntas y pocas respuestas sobre la autenticidad de la imagen, la salud de Middleton y la cadena de errores de comunicación de una institución en horas bajas, con el rey Carlos en tratamiento por un cáncer cuyo órgano afectado aún no se ha aclarado.
El siguiente gráfico interactivo muestra los retoques de la foto de la discordia.
Lejos de acallar las teorías conspirativas sobre su verdadero estado de salud y su ausencia de la agenda de actos oficiales de la casa real británica, la instantánea ha aumentado las dudas sobre la salud de la princesa y ha erosionado la credibilidad de la casa real británica y del equipo de comunicación institucional, a niveles no vistos desde la muerte de Lady Di, ya que varias agencias de noticias como Associated Press, Getty Images, Reuters y Agence France Presse se negaron a difundir la imagen y la eliminaron, asegurando que está manipulada.
En un comunicado posterior, la esposa del príncipe Guillermo admitió que, como muchos fotógrafos, ella es experta en fotografía y se encarga de los retratos familiares difundidos en fechas señaladas como Navidad, y que había experimentado con la edición de la foto, pidiendo disculpas por ello.
Según publica Daily Mail este martes, fue el propio príncipe Guillermo quien tomó la foto de su esposa con sus hijos el mismo viernes, tan solo cuarenta minutos antes de que la princesa editara la imagen en Photoshop y la compartiera en su cuenta de Instagram. Se hizo con una cámara Canon de 2.900 libras esterlinas.