3 de enero. Puerto de Abidjan (Costa de Marfil). Celia (no es su nombre real) desembarca del atunero Albacora Quince, donde ha ejercido como observadora para la empresa Investigación, Planificación y Desarrollo (IPD), que es la que presta servicios de asistencia técnica para el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Tiene un vuelo de vuelta a España, vía París. Lo toma, “forzada”, tras haber denunciado una grave situación de acoso por razón de sexo a cargo de varios miembros de la oficialidad del buque. “Una mujer no pinta nada en un barco, solo dais problemas”. “Una sirenita parecería cuando embarcó, porque ahora más bien parece una ballena”. “Menuda niñita dramática de mierda”. Fueron algunos de los comentarios que recibió, entre el 11 de diciembre de 2024 y el día de su regreso a casa, como consta en la denuncia que ha formulado ante el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Como ya divulgó FARO, la bióloga asegura que fue “obligada” a dejar el pesquero pese a que tenía otra marea asignada en él; al tener contrato fijo discontinuo no percibe ingresos cuando no está embarcada. “Me han castigado a mí y yo no hice nada malo. Yo en el barco sentía asco”, insiste ahora a este periódico. Limita los comportamientos vejatorios, eso sí, a miembros de la oficialidad, sin haber tenido problema alguno con la marinería. “Los marineros son mis amigos”.
Trato discriminatorio
Celia notificó su caso a distintas instancias del CSIC, incluida la presidenta del Comisionado para Promover un Entorno Laboral Sano y Seguro (Comse), Carmen Artuñedo. Este órgano para ser la “unidad de referencia para las cuestiones relacionadas con el acoso sexual o por razón de sexo” en el nuevo protocolo del CSIC, lanzado en abril del año pasado. “Nadie se ha puesto en contacto conmigo. Ni el CSIC, ni el Comse, ni Inspección de Trabajo…” Denuncia la observadora que está recibiendo un trato “discriminatorio”, de “represalia” e “incompetente”, como también ha plasmado en una declaración firmada. Ha solicitado “en cuatro ocasiones” apoyo psicológico al organismo público al estar sufriendo picos de ansiedad y ataques de pánico; el día 3 de marzo iniciará terapia pero, de momento, pagada de su bolsillo.
“Yo no hice nada malo para que me bajaran del barco o para que no me vuelvan a llamar”
Tal y como indicaron a este periódico desde IPD, Celia fue desembarcada “porque el barco va a puerto a descargar y con avería, por lo que se da por finalizada la campaña al haberse cumplido los objetivos de la misma”. No obstante no se produce ningún parón por motivos de avería: el 8 de enero volvió a zona de pesca, marea que culminó el pasado sábado sin complicaciones técnicas. El atunero volverá a la mar en las próximas horas. Es un varón el actual observador a bordo.
“Es un desamparo, por eso otras chicas no denuncian”
“Usted no hizo nada por mí […] When I need his help and amparo when they illustrate me on board; So before downloading me as a retaliation […] I’m just asking, please, if you reach your ears, do things better because of another warning of an observer who has been sexually harassed or sex on board. This treats better than he moves with me “Celia wrote to Artuñedo on January 21 as stated in the documents provided by the worker.
Empleo
La observadora cifra en 3.000 euros lo que ha dejado de ingresar al haber sido desembarcada sin opción a continuar en el atunero vasco. Desde su retorno de Abidjan ha permanecido en el listado de científicos disponibles “para IPD y CSIC” para realizar trabajos de muestreo. “Han estado buscando gente, incluso sin experiencia, pero a mí no me quieren ahora para ningún embarque”, remacha. “Yo tengo mucha experiencia y siempre me han felicitado por mi trabajo”.
“Si me acosan no me lo voy a callar. Yo a bordo sentía asco”
De acuerdo al nuevo protocolo del CSIC, el personal externo a la institución, aunque trabaje en buques que no estén adscritos a la misma, goza de protección. IPD ha asegurado, cuestionada al respecto, que estuvo “en contacto permanente” con la dirección del IEO por este caso.
Desamparo
“Te pasa algo así y te quedas desamparada, yo avisé de lo que me pasaba y me daban un teléfono fijo y un correo electrónico. Es un búscate la vida total, un abandono, por eso la mayoría de las chicas que sufren esto no lo cuentan. Yo estoy sufriendo ahora pero si me acosan no me lo voy a callar. No quiero que lo que me ha pasado a mí lo sufra nadie más”, remata la mujer. “Se me ha sometido a un despido injusto por no consentir un trato humillante”.
Source: Informacion

James Sean is a writer for “Social Bites”. He covers a wide range of topics, bringing the latest news and developments to his readers. With a keen sense of what’s important and a passion for writing, James delivers unique and insightful articles that keep his readers informed and engaged.