Where is RAE?

Por supuesto que es una pregunta retórica. Los miembros de la Real Academia de la Lengua que deben estar vigilantes acerca de cómo se trata o maltrata nuestra lengua estarán de vacaciones, como la mayoría. Pero es la forma de expresar mi queja ante lo sucedido durante la escucha de la ceremonia de clausura de los Juegos de París a través de TVE.

La narradora anunció que el espectáculo concebido por Thomas Jolly tendría tres partes, y que comenzaría por el epílogo. Del mismo modo delirante, en su colofón nos explicó cómo un hombre volador emergía del cielo. Por todos es sabido que desde lo más alto se emerge, al contrario de lo que sucede cuando nos introducimos en las aguas. Al entrar en el agua nos sumergimos, y cuando salimos de ellas, como hacen las nadadoras de artística, emergen de ellas. Lo debería saber la especialista encargada de comentar esta disciplina.

Que corren malísimos tiempos para la cultura ya lo sabíamos. Sólo hay que recordar cómo la ceremonia de apertura hizo bostezar por su tremenda carga artística. Con qué alborozo recibieron los comentaristas el desfile de nueve mil atletas.

El periodismo deportivo tiene bula para expresarse como le venga en gana. Los diminutivos están a la orden del día: ratito, minutito, saltito. La influencia con que cuentan estos popes en la sociedad española es infinita. Recordemos en qué país vivimos. La prensa deportiva (futbolera) es la única que se salda con tiradas dignas.

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Lo escribí hace dos semanas en este espacio y no está de más recordarlo. La autocrítica es nula, y la comentarista que dijo que la ceremonia olímpica comenzaría por el epílogo será reconocida con todos los premios de periodismo habidos y por haber. El cuento del rey desnudo es muy viejo, pero cada año que pasa continúa más vigente.

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