Con un PP que no está para abrir luchas internas en la Comunidad Valenciana ante la extrema debilidad de Carlos Mazón tras su controvertida gestión del día D de la dana (como así se traduce de la idea de Génova de aplazar la cita autonómica prevista para este próximo verano), con un Compromís que sigue dándole vueltas a qué ser de mayor (llevan más de un año trabajando para una reconfiguración interna que salvo sorpresa acabará convirtiendo a la coalición en una federación de partidos) y con un Vox que va a dedazo a todos los niveles, la atención en esto de los congresos se centra en el PSPV-PSOE. No hay otra.
Y en eso los socialistas no suelen fallar a la atención mediática (los ciudadanos de a pie están en cosas importantes), aunque en el congreso de «país», de entre finales de enero y principios de febrero, en el centro histórico de todas las batallas, la disputa se quedó en fuegos de artificio. Diana Morant no tuvo rival (con Ferraz más que vigilante por segunda vez en un año) y solo hubo ruido ante la falta de consenso para integrar a todas las grandes familias del partido, que en realidad hacía presagiar lo que pocas semanas se confirmó: la guerra sin cuartel en una provincia de Valencia partida por la mitad, con Carlos Fernández Bielsa ganándole el pulso a la secretaria general de los socialistas valencianos, con lo que eso supone para una dirigente aún sin un liderazgo consolidado.
En Alicante, en cambio, y a diferencia de lo que sucedió hace tres años, se dio una imagen de cara al exterior de cohesión, con un solo candidato que contó con el respaldo de las grandes corrientes. Alejandro Soler, ahora en cotas mayores siendo «ocho» en la dirección federal, entregó el mando a Rubén Alfaro. Frente al micrófono todo fueron halagos mutuos y aplausos a la unidad de los socialistas alicantinos, aunque a puerta cerrada ya se vieron conatos de lo que puede venir. Las voces que apuestan a que Alfaro dará la espalda a Soler, con quien se alineó en 2021 en su lucha contra el entonces todopoderoso Ximo Puig, para volver «a casa» ya se empiezan a escuchar con fuerza. De hecho, la «dos» de la nueva dirección ya procede de ese entorno.
Ni cara a la galería
Antes de que ese viraje pueda suceder, el PSOE alicantino (como el resto en la Comunidad Valenciana) sigue con su cascada de congresos. Y no parece que los que vienen vayan a tener unidad ni de cara a la galería. En una semana se conocerán los aspirantes a los comarcales, donde Ángel Franco ya ha movido ficha por adelantado, lanzando a su candidata para mantener el control en l’Alacantí. Eso augura batalla en la comarca que incluye a la capital de la provincia. Y solo será el principio de todo…
Como ya se repetía en los pasillos del congreso provincial, los focos apuntan realmente a Pintor Gisbert, aunque para eso habrá que esperar a junio, a una asamblea local, como en los demás municipios, que está fijada oficialmente para la semana de Hogueras. En esa cita en Alcoy de principios de este mes, los gestos se interpretaban ya en esa dirección. Las familias que presumen tener un objetivo común (desalojar del control a Franco tras décadas a los mandos) y que dicen tener la mayoría de la militancia no dejaron de mostrar afinidad en público, exhibiéndolo con publicaciones de fotografías en redes sociales.
Eso sí, esas familias (con Adsuar y Montesinos como caras visibles) ya hace tres años mantenían ese discurso crítico contra el exsenador, aunque finalmente acabaron pactando con él una ejecutiva de consenso. Eso puede pasar otra vez, por qué no. Ahora, a diferencia de entonces, está la figura de Ana Barceló también al frente de esa corriente crítica.
Tercera ocasión
Con todo, se espera que Diana Morant tome partido en Alicante. Ya le toca. Por ahora, en su año largo como secretaria general, no ha hecho más que dar alas a Franco al incluirlo en dos ocasiones en una ejecutiva del PSPV que le había sido inaccesible. En su entorno, donde valoran la experiencia de Franco, admiten que su tiempo ya pasó, que tiene que dar paso a perfiles más jóvenes y modernos, más cercanos a la política actual. Sin embargo, hasta la fecha, los movimientos han ido justo en la dirección contraria.
En estas asambleas de junio se elegirán a los dirigentes locales. Pero en la práctica hay más. En juego estarán ya muchos de los alcaldables para mayo de 2027, salvo por falta de candidatos a dos años de las elecciones o por elegir liderazgos compartidos por cuestiones estratégicas. Y no será en pocos municipios donde los socialistas, si acatan la orden que dio Pedro Sánchez en el último congreso del PSPV, deberán impulsar la renovación con otros perfiles. «Pido a las bases del partido que en los congresos elijan a los mejores», reclamó. Basta con recorrer los principales municipios de la provincia para apostar sobre seguro por una amplia renovación en los carteles electorales del puño y la rosa.
Source: Informacion

Emma Matthew is a political analyst for “Social Bites”. With a keen understanding of the inner workings of government and a passion for politics, she provides insightful and informative coverage of the latest political developments.