La valoración que realizan los ciudadanos sobre el papel que han tenido las empresas en el progreso económico y social en España difiere de la que realiza el propio sector empresarial. Así lo evidencia una encuesta a más de 1.056 ciudadanos y 250 empresarios de diversos sectores elaborada por la consultora Grant Thornton.
Siete de cada diez empresarios consideran buena o muy buena la aportación que ha hecho la empresa española en el progreso económico, social y tecnológico de los últimos 40 años. No obstante, si bien la mayoría de los ciudadanos (80%) afirma que los empresarios son el sector más relevante para el progreso del país, sólo cuatro de cada diez consideran que su aportación ha sido buena o muy buena. Del mismo modo, la mitad de la población cree que la imagen pública del empresariado no es positiva. Y los empresarios también coinciden en ello.
Visibilizar la labor
“España ha experimentado un excepcional progreso económico, social y tecnológico debido, en gran parte, a la contribución decidida de nuestras empresas”, expresa el presidente de la consultora, Ramón Galcerán, que añade que “sin embargo, tenemos que seguir trabajando para visibilizar y poner en valor la labor fundamental que desarrollan día a día”.
El último Barómetro del Empresario 2024 de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), elaborado por el IVIE, estima que las empresas generaron el 86% de la economía española en 2022, lo que equivale a 1.159.000 millones de euros. El sector privado asumió el 70% de las cotizaciones a la Seguridad Social, en un mercado laboral con 17,8 millones de ocupados. Además, fue responsable del 89,9% de toda la inversión.
Cifras récord
A la vez, las empresas aportaron 39.096 millones de euros a las arcas públicas en 2024 a través del Impuesto de Sociedades, un 10,4% más que el año anterior, en unas cifras que no se observaban desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, reflejando la mejora de la actividad económica y unos mayores beneficios. En las grandes empresas, el incremento fue del 13,7%, mientras que en las pequeñas y medianas empresas (PYMES), se situó en el 9,5%.
Al impuesto de sociedades se suman otros como el IRPF de autónomos, tributos a la importación, impuestos especiales, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, el IAE y el IBI, resalta el informe del IVIE.
El sector empresarial quiere reforzar la confianza de la sociedad mostrando con más claridad cómo contribuyen las grandes empresas a la economía, especialmente en empleo, impuestos y actividad económica. Así lo explican la Fundación PwC y la Fundación CEOE, que han elaborado un informe conjunto centrado en las 40 mayores compañías españolas por volumen de negocio. El estudio analiza cómo estas empresas generan riqueza para sus distintos grupos de interés y para la sociedad en general. Bajo el título Cash Flow Social agregado de la gran empresa española, el informe estima en 574.861 millones de euros su contribución social en 2022.
La cadena de suministro —proveedores y empresas de servicios— es el principal destino del valor económico que generan y reparten las grandes empresas españolas. En segundo lugar, se encuentran los pagos a las administraciones públicas y, a continuación, la remuneración a los empleados.
Aportación al progreso
“En la última década, las empresas españolas han sido clave para el desarrollo económico, social e institucional del país”, afirma Raúl Mínguez, director del Servicio de Estudios de la Cámara de Comercio de España y codirector del informe ‘Evolución económica, social, empresarial e institucional de España en el período 2014-2024’, elaborado junto con el Consejo General de Economistas.
El estudio destaca la internacionalización como uno de los factores más importantes: la creciente apertura del sector privado al exterior ha generado importantes beneficios y hoy ya representa casi el 41% del PIB español, una cifra superior a la de economías como Italia (36,6%) o Francia (34,7%).
Pese al crecimiento económico, el informe advierte que no ha mejorado la capacidad adquisitiva: el PIB per cápita real en 2023 sigue en niveles similares a los de 2007. La pandemia frenó su avance y, aunque hubo cierta recuperación, aún falta impulso para consolidarla. En cambio, la mejora empresarial sí ha favorecido la creación de empleo y el aumento de ingresos para la Seguridad Social.
Nuevos retos
El informe destaca que otra aportación es el creciente compromiso empresarial con la sostenibilidad, reflejado en un aumento del 72,5% en la inversión ambiental desde 2014. La resiliencia de las empresas, en momentos tan determinantes como la crisis del Covid-19, también “ha sido clave para mantener la estabilidad económica y social del país”, remarca Míguez.
Aun así, persisten retos estructurales —como la baja productividad o la escasa inversión en I+D+i— que siguen limitando el potencial de crecimiento, remarca el análisis. En este sentido, teniendo en cuenta su papel en la transformación económica del último decenio y mirando ya hacia el futuro, la Cámara de Comercio pone el foco en el valor de la colaboración público-privada y en la necesidad de consolidar una base industrial sólida que garantice autonomía estratégica en sectores como el sanitario y el tecnológico.
Source: Informacion

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