Estados Unidos seguirá aplicando aranceles a productos electrónicos de consumo como móviles y ordenadores. Aunque el viernes fijó una exención que exime a estos dispositivos de las tasas del 125% impuestas contra China y del 10% en todo el mundo, el presidente Donald Trump confirmó ayer que en los próximos días se anunciarán nuevos gravámenes. “NADIE se va a librar”, advirtió en un mensaje publicado en las redes sociales. Los productos exentos “simplemente se trasladan a un ‘cubo’ arancelario diferente”.
La suspensión dictada el sábado se entiende como una tregua temporal para el sector tecnológico estadounidense, que había visto cómo la guerra comercial se traducía en una sangría bursátil en la que perdía miles de millones de dólares. Esa pausa terminará pronto. Trump aseguró el domingo que esta semana anunciará una nueva tasa arancelaria para los semiconductores, un componente crucial para la electrónica de consumo y para tecnologías como la inteligencia artificial. Es ese carácter estratégico el que está llevando a Washington a adoptar medidas drásticas para repatriar su producción.
En los próximos días, la Administración trumpista “echará un vistazo a los semiconductores y a TODA LA CADENA DE SUMINISTRO DE ELECTRÓNICA” para establecer un arancel específico para el sector. El secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha señalado que esa tasa se determinará “en uno o dos meses”. Medios como Bloomberg dan por sentado que será inferior al establecido contra China y “quizás” superior al 10% fijado a otros países.
Esa prórroga abre una ventana para que las empresas tecnológicas perjudicadas por la ola arancelaria puedan presionar al Gobierno estadounidense para pedir un trato favorable. Encarecer la importación de microchips dañaría profundamente el negocio de gigantes que los diseñan y fabrican, como Nvidia, y de los que dependen de ellos para sus productos electrónicos, como Apple. Trump se ha mostrado dispuesto a negociar con ellas. “Hay que mostrar cierta flexibilidad. Nadie debería ser tan rígido”, señaló.
¿Exención para los coches?
La Administración Trump ya ha promulgado aranceles específicos para otros sectores como el acero, el aluminio o los automóviles, fijados en un 25%. Justo este lunes el presidente estadounidense ha anunciado que estudia una exención a corto plazo para las compañías automotrices que se están viendo afectadas. “Estoy considerando algo para ayudar a algunas de las compañías automotrices que están cambiando las piezas que fueron hechas en Canadá, México y otros lugares y necesitan un poco más de tiempo”, ha dicho. “Van a fabricarlas aquí, pero necesitan un poco más de tiempo”.
La UE busca una salida a los aranceles
Lutnick, el lugarteniente arancelario de Trump, se reúne este lunes con su homólogo europeo, el comisario de Comercio y vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic, que ha viajado a Washington por tercera vez en tan solo un mes con la misión de negociar “de buena fe” una salida a una guerra comercial “injustificada y perjudicial” que amenaza con provocar un daño económico “a ambas partes”.
El pasado 2 de abril, Trump impuso aranceles del 20% a la importación de productos europeos. Indignada, la Unión Europea anunció que preparaba contramedidas de represalia pero, tras la “pausa” de 90 días decretada por la Casa Blanca, también optó por una suspensión temporal para “dar una oportunidad” a las negociaciones. Bruselas pone como fecha límite para llegar a un acuerdo el próximo 14 de julio y se reserva la capacidad de acción si el diálogo con su histórico aliado no es satisfactorio. “Todas las opciones siguen sobre la mesa”, ha advertido la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen. Aun así, EEUU aplica ya un arancel del 10% a la mayoría de importaciones de la UE, además de un 25% al aluminio, el acero y los automóviles.
Las negociaciones han arrancado este lunes sin ningún giro en la habitual retórica hostil de Trump, que ha aprovechado el encuentro para reiterar falsas acusaciones como que el club comunitario fue creado para ir en contra de EEUU o que se aprovecha de sus relaciones comerciales transatlánticas. “Salimos perjudicados ahí (en la OTAN) y salimos perjudicados en el comercio. La UE tiene que venir a la mesa (de negociaciones) y lo está intentando, pero se aprovecha terriblemente. No compran nuestros alimentos. No compran nuestros coches”, ha lamentado durante su reunión con el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Source: Informacion

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