La familia de Miguel Ángel Suárez, el hombre de 47 años que falleció hace una semana en los calabozos de la Comisaría de Elche, ha recaudado más de 5.000 euros para tratar de sufragar una segunda autopsia , cuando aún no se conocen detalles de la primera, porque siguen mostrando su desconfianza no solo con la Policía Nacional sino también con los responsables judiciales que han asumido la resolución del asunto. Al menos hasta este sábado la jueza que lleva el caso aún no había entregado el cuerpo a sus seres queridos, quienes esperan recibirlo los primeros días de esta próxima semana para que un forense practique un segundo examen del cadáver con el fin de demostrar, como sostienen, que fue sometido a maltrato por parte de un agente.
Llamamiento
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Después de que la familia hiciese un llamamiento para recibir ayuda de los vecinos con la que costear el procedimiento, ya que su viuda manifestó que no podía correr con los gastos, fueron múltiples las muestras de solidaridad esta semana a las puertas de un establecimiento de Los Palmerales. Allí vecinos del barrio aportaron lo que pudieron y también acudieron desde otras partes de la ciudad como San Antón. Amigos y allegados de otras localidades como Elda o Crevillent también han aportado fondos para lo que consideran que es un «acto de justicia». El entorno más cercano de Miguel Ángel confiesa que están abrumados por las muestras de cariño. «Mucha gente lo conocía y no era malo, no se portaba mal y no era una persona dañina para Elche», apuntan desde los círculos más próximos del fallecido.
Algunas fuentes aseguran que la autopsia que realizó el Instituto Anatómico Forense no habría sido determinante, lo que podría tardar al menos un mes en resolverse a expensas de que lleguen al juzgado de Instrucción los resultados de las muestras enviadas al Instituto Nacional de Toxicología.
En el Instituto Anatómico Forense
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Mientras que todo esto sucede, el cuerpo continúa en una cámara frigorífica del Instituto Anatómico Forense de Alicante sin que tampoco el juzgado que se ha hecho cargo del caso, que se encontraba ese día en funciones de guardia, diese, al menos hasta este sábado, la autorización a la familia para que se haga cargo de él y proceda a su entierro, lo que permitiría entonces realizar la prueba, ya que la familia considera que el fallecido pudo sufrir violencia policial durante las horas que permaneció bajo vigilancia a la espera e pasar a disposición judicial por un atentado a agentes de la autoridad. Dos policías presentaron partes de lesiones que justifican su arresto en el barrio de Los Palmerales después de que le solicitara el DNI y se negara a ello, al parecer, porque no lo llevaba encima, según fuentes familiares.
Miguel Ángel habría dado una patada a uno de los dos agentes lo que habría motivado su detención, así figura en el atestado, resistiéndose posteriormente a entrar en el vehículo patrulla para ser conducido a la Comisaría. El fallecimiento se produjo esa noche en el calabozo y fue descubierto al día siguiente por un agente, que llamó a una ambulancia pero ya no podía hacer nada por él porque llevaba horas muerto.
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La familia declara que tras la detención no realizó la preceptiva llamada que se le ofrece a los detenidos para que informen de su situación a sus familiares y tampoco se les permitió ver el cadáver lo que provocó revuelo en el barrio y que se convocasen dos protestas por lo ocurrido. La Comisaría no ha realizado declaración alguna al estar el asunto bajo secreto de sumario, aunque fuentes consultadas por el diario aseguran que se trató de una detención más y que todo apunta a que el detenido pudo sufrir un problema cardiaco que le causó la muerte.
Source: Informacion

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