Despite his many condemnations, Sarkozy maintains his influence on Macron and the French right

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Imagine if King Emeritus Juan Carlos lived in Madrid, not the United Arab Emirates. Imagine Emeritus has an office a few hundred meters away from Moncloa. Consider that the prosecutor’s office did not initiate a criminal investigation against Juan Carlos, but the judges did. would be charged and sentenced to imprisonment. Consider that despite these sorrows, the retiree regularly advises Pedro Sánchez and meets with Alberto Núñez Feijóo. It may seem surprising, but a situation similar to this imaginary situation is actually happening in France with former president Nicolas Sarkozy.

Head of state of France between 2007 and 2012 was involved in numerous corruption cases — sentenced to four prison terms in two years works—, But that doesn’t stop him from influencing politicallyBoth President Emmanuel Macron and Eric CiottiCurrent president of Los Republicans (affiliated with LR, PP). His repeated appointments before justice make Sarkozy a persona non grata Among the upper echelons of France. The exact opposite.

This Wednesday, the Paris Court of Appeal sentenced the former president to one year in prison (with six months fixed and the same number conditional). Excessive spending in the 2012 presidential campaign. Judges found him guilty of “illegal financing”. issue Bygmalion. This case refers to a conspiracy fake invoices Sarkozy’s candidacy attempted to break the law in the Elysée race, spending more than 40 million euros in the race, twice the legally allowed amount.

Un “aliado y socio” de Macron

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Después de que en mayo del año pasado ya confirmaran una pena de prisión condicional por el caso de las escuchas judiciales, Sarkozy se ha convertido en el primer expresidente condenado dos veces en segunda instancia en la historia de la Quinta República. A principios del año que viene, está previsto que empiece el juicio del caso de corrupción más complejo, y quizá el más grave, de todos aquellos que lo salpican: el del financiación de la campaña presidencial de 2007 por la Libia de Muamar el Gadafi. Y lo imputaron asimismo hace unos meses por un cuarto affaire —vinculado a la trama libia—, el del supuesto falso testimonio del intermediario franco-libanés Ziad Takieddine.

Pese a esta larga lista de casos de corrupción, Sarkozy no será encarcelado, al menos a corto plazo. Como sucedió con el caso de las escuchas judiciales, sus abogados recurrirán la sentencia por el affaire Bygmalion. Ambos se juzgarán por tercera vez en el equivalente galo del Tribunal Supremo. 

Retirado de la política activa desde finales de 2016, el expresidente, de 69 años, tiene una vida más que curiosa y que evidencia el laxismo moral en las élites francesas. Compagina una onerosa actividad como conferenciante y abogado de negocios —gana unos tres millones al año— con un rol de cicerone de Macron, varios de sus ministros y de aquellos dirigentes de la derecha republicana que no se han cansado del doble juego del exmandatario. A eso se le suman los libros que publica con cierta regularidad y que resultan un éxito comercial. 

Macron y Sarkozy “no son amigos ni camaradas, pero sí aliados y socios. Es como si hubieran firmado una especie de contrato”, explica a El Periódico de Cataluña, de Prensa Ibérica, el periodista Etienne Girard, coautor del libro Le parrain : Sarko après Sarko. Según el redactor jefe de la revista L’Express, este pacto no escrito entre ambos dirigentes consiste en que el exlíder de la derecha republicana “no habla mal del actual presidente y al mismo tiempo este último se dedica a dar una salida política a las redes sarkozistas”, desde el ministro del Interior, Gérald Darmanin, hasta la nueva ministra de la Cultura, Rachida Dati.

¿Una relación interesada?

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Aunque el expresidente socialista François Hollande tuvo una influencia evidente en el ascenso fulgurante de Macron —fue su secretario general adjunto en el Elíseo y luego ministro de Economía—, el actual jefe de Estado mantiene mucha mejor relación con Sarkozy que con Hollande, al que menosprecia. El dirigente centrista y el exmandatario suelen reunirse en el Elíseo o cenar con sus respectivas mujeres (Brigitte Macron y Carla Bruni) varias veces al año. ¿Sarkozy confía en que esta buena relación le sirva para superar todos sus problemas judiciales, incluso con un hipotético indulto presidencial? “Aunque esta idea pueda parecer un poco extravagante, así lo esperan muchos en el entorno de Sarkozy, siendo Carla Bruni la primera de ellos”, afirman los autores del libro Le parrain : Sarko après Sarko.

“Macron tiene la costumbre de consultar a Sarkozy cada vez que lleva a cabo un cambio de Gobierno”, recuerda Girard. La influencia sarkozista ha ido in crescendo a lo largo de la presidencia macronista y actualmente vive un momento de esplendor. Tras la designación de Gabriel Attal como primer ministro y la última remodelación gubernamental, 8 de los 14 principales ministros proceden de la órbita de la derecha republicana. Varios de ellos fueron delfines del exjefe de Estado. 

“El hecho de que Dati fuera cercana a Sarkozy favoreció su llegada al Gobierno”, afirma el periodista de L’Express sobre el fichaje estrella en el actual Ejecutivo, junto con la también sarkozista Catherine Vautrin, ministra de Trabajo. Pese a su pasado en el Partido Socialista, el mismo Attal tiene un perfil que gusta a Sarkozy. El discurso conservador del actual primer ministro y su retórica directa y con tintes populistas recuerdan a la del expresidente. 

Divorcio incipiente con la derecha republicana

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“Entre la ejemplaridad judicial y Sarkozy, el macronismo ha elegido desde hace tiempo a Sarkozy”, asegura Girard. La coalición de partidos afines a Macron renunció al ideal reivindicado en 2017 de una “República ejemplar”. Y prefiere ocupar el espacio de la derecha republicana, aunque esta estrategia parece beneficiar en realidad a la ultraderechista Reagrupación Nacional, según los últimos sondeos, que deben cogerse con pinzas.

Después de que Sarkozy dejara en la estacada a Valérie Pecresse, candidata de su partido, y apoyara a Macron en las presidenciales de 2022, una parte de los dirigentes de LR se distanció del expresidente, quien llevó las riendas en 2014 de la refundación de esta decadente formación. Con la excepción de Ciotti, que “mantiene una buena relación con el exmandatario”, muchos de los barones de la derecha republicana están hartos de los dobles juegos de su antiguo mentor. 

A diferencia de lo que sucedió en septiembre de 2021, cuando lo condenaron por primera vez por el caso Bygmalion, esta vez no han salido a defenderle en público. Lo que prima en Francia no es la ejemplaridad y el respeto de la ley, sino las alianzas y estrategias políticas. Las luchas de poder pesan más que la moral.

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