El presidente de EEUU, Donald Trump, de visita a Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos esta semana, y su homólogo sirio, Ahmed Al Sharaa, se han reunido este miércoles en un encuentro visto como un movimiento histórico por parte del estadounidense, que anunció este martes por la noche la futura retirada de todas las sanciones de Washington contra el país árabe.
La última vez que mandatarios de ambos países se reunieron fue en 2001, cuando Bashar al Asad ascendió al poder en Damasco tras la muerte de su padre, Hafez al Asad.
“Estamos explorando normalizar nuestras relaciones con Siria. Tras haber discutido la situación con nuestro huésped, [el príncipe heredero saudí]- Muhammad bin Salmánand my friend [el presidente turco]- Recep Tayyip ErdoganI decided to order the sanctions against the paralyzed Syria. I hope this gives you a chance. It will not be easy; It won’t be easy. But I hope this An opportunity“Trump said after meeting with Al Sharaa on Wednesday.
En el encuentro también han estado presentes Bin Salmán y Erdogan. Este último lo ha hecho a través de videoconferencia: Turquía, el gran aliado de la nueva Administración siria, se ha propuesto ante los EEUU de Trump como el país responsable de dirigir, enderezar y controlar la seguridad de Siria, país en guerra durante los últimos 13 años.
EEUU aún reconoce a Hayat Tahrir al Sham (HTS), la milicia que Al Sharaa lideró en Siria y que fue, hasta 2017, la filial de Al Qaeda en el país, como una organización terrorista. HTS, sin embargo, ha sido disuelta dentro de la nueva Administración y Ejército sirios tras la derrota del régimen de los Asad.
Antecedentes y encarcelamiento
La relación de Al Sharaa y Washington, sin embargo, va más allá: Al Sharaa fue prisionero —bajo otra identidad, una falsa— primero de EEUU y después de Irak desde 2005 hasta 2011 durante la invasión estadounidense del país árabe. Durante su estancia en la cárcel, el ahora presidente interino sirio ascendió dentro de los rangos de Al Qaeda en Irak, el embrión del Estado Islámico (EI).
Al salir de prisión, Al Sharaa se convertiría en uno de los hombres fuertes de Abu Bakr al Baghdadi, el máximo líder del grupo yihadista. Al Bagdadi le mandó entonces a Siria para crear su propia filial en el país vecino, que vivía sus primeros años de revolución y guerra civil. Al Sharaa rompió en 2014 con Al Bagdadi y EI y, en 2016, con Al Qaeda. Desde entonces, su grupo, HTS, intentó —y consiguió— distanciarse del movimiento yihadista global.
Ahora, tras el fin de la guerra y su victoria militar, Al Sharaa ha cambiado el traje militar por la corbata, y promete estabilidad, mejora económica y respeto para las minorías y culturas sirias. Se espera que en los próximos días, también en Turquía, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, se reúna con su homólogo sirio, Asaad al Shaibani, para negociar el levantamiento de todas las sanciones económicas estadounidenses impuestas contra Siria durante los años de Asad y la guerra civil.
Trump, por decreto, puede levantar parte de estas sanciones, impuestas también por decreto presidencial durante los años anteriores. Sin embargo, el gran paquete de sanciones de EEUU contra Siria fue aprobado por el Congreso estadounidense. Tan solo el Congreso puede permitir su levantamiento.
Source: Informacion

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