El hombre que apareció muerto en el interior de una furgoneta camperizada en un aparcamiento público de Oviedo, cuyo cadáver estaba “prácticamente momificado”, tenía 66 años y su entorno supo de él por última vez el pasado 30 de marzo, el último día que publicó una entrada en sus redes sociales.
J. M. G. C., amante de las motos y camionero jubilado, tenía dos hijos con una mujer de La Figarona de la que se separó hace 26 años y con la que no mantenía ninguna relación. “Cuando acabó nuestro matrimonio siempre dijo que quería llevar una vida de libertad, llevar su apartamento con ruedas y dormir un día en la montaña y otro frente al mar. Quería ser un alma libre“, explica la exmujer del fallecido, que tuvo a bien atender a este diario. “Tengo entendido que últimamente había restaurado una cuadra en la zona de Bendición y la usaba como vivienda, pero también me han dicho que habitualmente dormía en la furgoneta y que solía hacerlo en la zona de la playa del Arbeyal (Gijón)”, añade la mujer. “Desde hace años no existía relación con nosotros, así que no sabíamos con exactitud dónde estaba ni lo que hacía. No teníamos motivos para preocuparnos”.
Su exmujer, dadas las circunstancias, no echó de menos a J. M. G. C., pero sí lo hicieron algunos de sus amigos. “Sé que fueron a la policía a decir que estaban preocupados por él y que les dijeron que no podían admitir su denuncia porque, en estos casos, quien tiene que ponerla es la familia”, explica la exmujer del fallecido. “Como no teníamos relación con él no fuimos. Era absurdo ir a contar que hace muchos años que no sabíamos nada de su vida”, añade la expareja de J. M. G. C.
Todo apunta a que la muerte se produjo por causas naturales, aunque fuentes consultadas por este diario aseguran que la Policía Nacional mantienen las investigaciones abiertas y no cierra la puerta a ninguna posibilidad. Eso sí, tras habérsele practicado la autopsia, los forenses no hallaron signos de violencia. Según fuentes consultadas, J. M. G. C. había sufrido un ictus hace unos años.
El cadáver fue descubierto por la Policía Local de Oviedo tras recibir el aviso de una mujer que paseaba a su perro por un aparcamiento situado en el aparcamiento sin asfaltar situado junto al Hotel Ibis, en Ciudad Naranco. Un olor nauseabundo llevaba días poniendo en alerta al perro de la vecina. El hedor se iba acrecentando con el paso de los días, hasta que la mujer llegó a la conclusión de que salía de interior de la furgoneta. El cadáver de J. M. G. C. estaba sobre un colchón y al lado de su moto.
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Source: Informacion

James Sean is a writer for “Social Bites”. He covers a wide range of topics, bringing the latest news and developments to his readers. With a keen sense of what’s important and a passion for writing, James delivers unique and insightful articles that keep his readers informed and engaged.