“La cantidad de energía necesaria para refutar tonterías es un orden de magnitud mayor que la necesaria para producirlas”. Este principio de Internet, conocido como la ley de Brandolini, remarca que desmentir un bulo es mucho más difícil que difundirlo.
Aun así, Francia lo ha intentado. El palacio del Elíseo se vio obligado este fin de semana a negar una campaña de desinformación según la cual el presidente galo, Emmanuel Macron, consumió cocaína junto al canciller de Alemania, Friedrich Merz, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, en un tren en dirección a Kiev. En realidad, se trataba de un pañuelo.
El pasado viernes, los tres mandatarios pusieron rumbo a la capital de Ucrania, donde se reunieron con el presidente Volodímir Zelenski y el primer ministro de Polonia, Donald Tusk. El encuentro sirvió para revalidar el apoyo europeo a la causa ucraniana y para amenazar a Rusia con nuevas sanciones económicas.
Sin embargo, lo más viral fueron los vídeos e imágenes —algunas manipuladas— en las que se mostraba que sobre la mesa del vagón en el que viajaban había algo blanco, un pequeño objeto que Macron ocultó rápidamente cuándo los fotógrafos se acercaron. Merz también escondió otro objeto. Para decenas de cuentas en X, la red social anteriormente conocida como Twitter, se trataba sin duda de cocaína. El mensaje, falso, se propagó como un virus.
“Alerta ante la manipulación”
La viralidad del bulo fue tal que París y Berlín salieron a desmentirlo en la misma plataforma en la que se había popularizado. “Estas noticias falsas las están difundiendo los enemigos de Francia, tanto en el extranjero como en el país. Debemos permanecer alerta ante la manipulación“, advirtió el Elíseo el domingo. “Muchos partidos están intentando influir en la opinión pública mediante campañas de desinformación. Los enemigos de nuestra democracia intentan deliberadamente debilitar la unidad europea y la cohesión social”, añadió la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido conservador que preside Merz.
El bulo fue replicado en Francia por el ultraderechista Florian Philippot, antiguo mano derecha de Marine Le Pen y presidente del partido Los Patriotas.
Fuera del país también fue amplificado por autoridades rusas como María Zajárova, portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, que afirmó en su canal de Telegram: “Tras empujar a Zelenski a otro plan infernal para hacer descarrilar un acuerdo y prolongar el derramamiento de sangre en Europa, es como una broma: un francés, un inglés y un alemán subieron a un tren y se pusieron a hacer una raya”.
Desde el inicio de la invasión de Ucrania, en 2022, el Kremlin ha acusado reiteradamente a Zelenski de ser un “drogadicto”. Cuentas favorables a Moscú han replicado todo tipo de imágenes y vídeos manipulados para tratar de convertir ese bulo en un estado de opinión contrario a Ucrania.
Source: Informacion

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