Tras un año de avance más bien discreto, la ley de Servicios de Atención a la Clientela (o SAC como se refieren a ella en el Gobierno) se reactiva. Se trata de una norma diseñada para hacer mucho menos irritante y peligrosa la interacción con las empresas ante un problema o ante una campaña comercial agresiva: por ejemplo, obliga a poner servicios de atención telefónica gratuitos, prohíbe utilizar números con tarifas extra como medio de comunicación con el cliente, establece un plazo máximo de un mes para resolver quejas y marca que el tiempo de espera máximo en el 90% de las llamadas que se establezcan con esa compañía debe ser de un minuto.
Así lo aprobó el Consejo de Ministros hace un año. Así ha ido superando trámite a trámite hasta quedarse un buen tiempo parada en el tramo de las enmiendas parciales. Es el último paso antes de subir a la votación definitiva en el Parlamento y, luego, en el Senado, y ha pasado por él con algún que otro cambio. Sumar y PSOE, instigadores de la ley, han ido informando estos días de cinco enmiendas que han pactado en relación con esta norma y que la convierten en una arma todavía más potente contra este tipo de prácticas. ¿Qué dicen estas enmiendas?
Si acaba superando esta votación aún no agendada, estará prohibida por ley la renovación automática de suscripciones contratadas ‘online’. Las empresas ya no tendrán tan fácil eso de hacer una oferta atractiva solo por un tiempo determinado (un mes o un año) como gancho para tenerte ahí, despistado, una vez pase ese periodo. El plan es obligarlas a avisarte dos semanas antes de que venza el plazo de que, a partir de esa fecha las condiciones del contrato van a cambiar. O no, pero que vas a estar pagando otro año por ese servicio.
En este caso, el texto indica que los potenciales gastos de gestión de realizar una compra por internet tendrán que estar incluidas en el precio final. Es decir, evitar que el cliente se encuentre con que a la hora de pagar un precio que ya había aceptado, este se incremente porque había tasas no contempladas. Consumo piensa, por ejemplo, en las entradas para conciertos. Fuentes del ministerio aseguran que hace tiempo que tienen en el radar estos gastos complementarios y que ya han advertido de ello a los principales operadores.
Esta ley va a prohibir también las reseñas falsas en internet, pensando, en este caso, en proteger especialmente al sector del turismo y la hostelería. El plan es contar con varios instrumentos que permitan garantizar que esos comentarios son realmente de otros consumidores. Lo harán prohibiendo la compraventa de reseñas u obligando a indicar si se ha verificado que la reseña se ha puesto por un cliente real, ambos supuestos ya incluidos en el texto base de la norma, pero también limitando a 30 días el tiempo que puede pasar entre consumo y reseña o dando al empresario la posibilidad de solicitar la eliminación del comentario cuando pueda acreditar que no es real. Estos dos son acuerdos metidos en la tercera nueva enmienda a esta ley
Las llamadas comerciales no deseadas tendrán que estar identificadas con un código numérico específico. Habrá uno para asuntos relacionados con la atención al cliente y otro para campañas comerciales puras. Es decir, si uno ha autorizado a una empresa para que le llame, esta empresa podrá establecer ese contacto casi como quiera; pero una compañía que quiera utilizar el teléfono para captar nuevos clientes, tendrá que hacerlo utilizando el código numérico que se establezca para este tipo de llamadas, si no, la compañía telefónica tendrá que bloquear ese intento de contacto. Además, se obligará a las compañías de telecomunicaciones a bloquear toda llamada no consentida que no emplee uno de estos dos códigos.
La quinta enmienda pactada entre PSOE y Sumar modifica, en realidad, otra norma, la Ley de los Consumidores, pero asesta igualmente otro golpe a los contactos telefónicos no deseados. Se trata de un añadido a la norma que establece que todos los contratos que se suscriban a través de llamadas ‘spam’ van a ser considerados nulos. La idea es desincentivar, así, a las empresas a hacer estas llamadas. Además, también se obliga a las empresas a renovar cada dos años el consentimiento del usuario de recibir llamadas.
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Source: Informacion

James Sean is a writer for “Social Bites”. He covers a wide range of topics, bringing the latest news and developments to his readers. With a keen sense of what’s important and a passion for writing, James delivers unique and insightful articles that keep his readers informed and engaged.