El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado y firmado este lunes en la Casa Blanca una orden ejecutiva dirigida a rebajar “entre un 30 y un 80%” los precios de los fármacos en su país. Se trata de una cuestión que es de fundamental importancia para millones de ciudadanos pero en la que es cuestionable la autoridad del republicano para imponer los cambios que busca, que pasarían en parte por elevar los precios de los medicamentos en otros países, incluyendo de la Unión Europea.
La orden ejecutiva insta a las compañías farmacéuticas a ofrecer a los estadounidenses un precio tan bajo como el menor que se cobre en cualquier lugar del mundo por ese mismo medicamento. Si las empresas no dan voluntariamente pasos significativos hacia esa rebaja en 30 días, el decreto asegura que la administración tomará “acciones agresivas” y se planteará incluso la posibilidad de importar medicamentos de otras naciones.
Se trata de un anuncio más débil de lo que se esperaba, especialmente después de que el fin de semana colgara un mensaje en Truth Social en el que anunciaba la imposición del modelo de precios de “nación más favorecida” y sugería acción política inminente y obligatoria, no con el plazo de un mes y pasos voluntarios. Y eso se ha interpretado como un triunfo de la industria farmacéutica, cuyas acciones han subido este lunes en las bolsas.
Acusaciones a Europa
En el trasfondo de la medida está la visión de Trump, que late tras toda su política, de que todo el mundo ha estado aprovechándose de EEUU durante demasiado tiempo y de que con él eso acabó. Extiende al sector farmacéutico lo que ha hecho en otros como defensa, exigiendo a los aliados de la OTAN más gasto, o en comercio, donde ha revestido sus embestidas arancelarias en el aura de una lucha contra supuestas injusticias y desequilibrios.
En el apartado de los medicamentos Trump asegura que EEUU ha estado “subsidiando” la sanidad de otros países al pagar hasta el triple que otras naciones por medicamentos, una diferencia que es real. Ese dinero sostiene la investigación y el desarrollo de fármacos que luego benefician a todo el mundo y por eso la idea del republicano es que las farmacéuticas suban sus precios en otros países para poder rebajar los que cobran en EEUU.
“No golpeo a las empresas, realmente estoy golpeando más a los países”, ha dicho Trump durante la comparecencia en la Casa Blanca, donde tanto él como su secretario de sanidad, Robert F. Kennedy Jr., han señalado en especial la discrepancia de precios con Europa.
El mandatario ha sugerido que usará los aranceles como herramienta para ayudar a las farmacéuticas a negociar precios más altos con países europeos y para presionar a estos a aceptarlos, pero eso ignora que las empresas ya tienen acuerdos cerrados con otros gobiernos y que hay capitales europeas que podrían no aceptar los nuevos precios.
“Europa tiene que asumir su parte y pagar más para contribuir al desarrollo de nuevos tratamientos”, ha insistido también Kennedy, que ha vuelto a confirmar su total alineamiento con el presidente que le ha dado la cartera y ha acusado en falso a su antigua formación, el Partido Demócrata, de no haber hecho nada para luchar contra los precios de los medicamentos. En realidad los demócratas, durante la presidencia de Joe Biden, aprobaron en el Congreso sin votos republicanos legislación que les permitía negociar los precios de algunos medicamentos que paga Medicare, la sanidad pública para mayores.
Trump en su primer mandato intentó una política de reducción de los precios que pagaba Medicare por 50 fármacos pero un tribunal federal se la frenó al concluir que se había saltado pasos en el proceso regulatorio.
Source: Informacion

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