Este viernes, el corazón de Moscú se engalanó para recordar la derrota de la Alemania nazi con el desfile militar anual que pasa por la Plaza Roja y destroza el asfalto de algunas carreteras debido a las orugas de los tanques. En este 2025, además, se conmemora el 80º aniversario de la renombrada efeméride, y en plena guerra con Ucrania, cobra importancia tanto para unir al país como en motivar a los soldados que aún luchan, debido a los paralelismos que el oficialismo busca hacer entre ambos contextos bélicos a pesar de las diferencias. Para Rusia, era muy importante contar con sus aliados en la celebración, y los líderes de los países más cercanos a Rusia han podido divisar el gran desfile desde el palco de personalidades. Pudieron ver blindados, aviones y hasta 11.500 soldados uniformados, según medios rusos, que marcharon durante la mañana de este viernes por las calles.
La ocasión le sirve a Rusia no solo para lucir su patriotismo, sino también para afianzar las relaciones diplomáticas con países afines. Hasta 27 líderes, más dos de países no reconocidos, Abjasia y Osetia del Sur, fueron invitados al evento, muchos de ellos mandatarios de regímenes autoritarios. Entre ellos había representanes de países exsoviéticos (Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, etc.); de África (Congo, Guinea Ecuatorial, Zimbabue, Egipto, etc.), del Este de Asia (China, Vietnam, Mongolia, etc.); de Latinoamérica (Brasil, Cuba, Venezuela) y también unos pocos de Europa (Serbia, Eslovaquia y Bosnia y Herzegovina).
El presidente ruso Vladímir Putin desde el pasado miércoles viene celebrando encuentros con algunos de sus homólogos. El jueves, se reunió con Xi Jinping, el líder chino, con el que departió durante siete horas para estrechar los vínculos entre Moscú y Pekín, mientras que el miércoles lo hizo con los presidentes de Cuba, Venezuela, República del Congo y Mongolia. Durante el encuentro con el presidente venezolano Nicolás Maduro fue firmado un acuerdo de asociación estratégica como el que ya firmó previamente Rusia con Irán y Corea del Norte. También se ha reunido este viernes con Aleksandar Vucic, el presidente de Serbia. Tanto este último como su homólogo eslovaco Robert Fico han tenido dificultades para llegar debido al bloqueo del espacio aéreo de Estonia.
Conexión entre pasado y presente
Desde el atril, en el centro de la atención de toda la Plaza Roja, Putin ha reiterado la importancia de este día para los rusos. “Celebramos la festividad del 9 de mayo como nuestra, como la más importante del país, de todo el pueblo, de cada familia, de cada uno de nosotros”, ha declarado. También ha honrado la memoria de los que dieron la vida por la victoria soviética. “Nos inclinamos ante la memoria de todos los que dieron su vida por la victoria” ha añadido. Una de las principales ideas que ha esgrimido es la lucha de su país “contra el fascismo”. Ha asegurado que “Rusia ha sido y será una barrera inquebrantable contra el nazismo, la rusofobia y el antisemitismo. Luchará contra las atrocidades cometidas por quienes propugnan estas ideas agresivas y destructivas”.
Las autoridades del país han buscado por activa y por pasiva vincular el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial con la guerra actual. El mismo mandatario declaró la guerra en 2022 asegurando que quería “desnazificar” y desmilitarizar Ucrania. Tanto la propaganda como algunas voces relevantes del oficialismo han buscado repetir el relato de que su país vecino es nacionalsocialista y que el Ejército ruso busca luchar con el fascismo en el frente. A pesar de que el relato del régimen ruso busca que esas ideas calen tanto en el interior como en el exterior, ha usado numerosos grupos mercenarios y grupos paramilitares con militantes ultraderechistas para combatir contra Ucrania, como es el caso de grupos como Russich, Wagner, Ejército Ortodoxo Ruso, militantes del partido Nacional Bolchevique, entre otros.
Durante la celebración de esta fiesta nacional siempre suele haber mucha seguridad, pero este año se ha ido un paso más allá tras el caos que provocaron las oleadas de drones de Kiev este pasado miércoles, cuando obligaron a cancelar numerosos vuelos de diferentes aeropuertos de capitales de la Rusia europea. Muchas entradas del metro cercanas al desfile han permanecido cerradas durante la duración de este y llegar al centro fue una odisea para aquellos que quisieron hacerlo. Además, las autoridades cerraron la red de Internet móvil e incluso las llamadas durante el evento. Esto se suma a medidas previas como la prohibición de cualquier tipo de dron y la inhibición de señal con aparatos disruptores en el centro de la capital, algo que provoca problemas en la geolocalización de los GPS. Las precauciones no es para menos, pues en mayo de 2023 un dron incluso llegó a impactar contra el techo del Kremlin, a escasos metros de la Plaza Roja. Aunque no provocó daños humanos y los daños materiales fueron mínimos, tuvo mucho simbolismo y despertó todo tipo de alarmas en el seno del poder ruso.
Source: Informacion

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