El impacto cultural y político de ‘El Eternauta’ se expande más allá de las pantallas y las paredes de la ciudad de Buenos Aires, donde los carteles promocionales de la serie de Netflix son intervenidos con fotos de Héctor Germán Oesterheld, el guionista original del cómic, desaparecido durante la última dictadura militar argentina (1976-83) junto con sus cuatro hijas. La potencia de una historia que reivindica el heroísmo colectivo incomoda al Gobierno de ultraderecha. Y al mismo tiempo da un nuevo impulso a búsqueda de dos nietos robados por los represores bajo condiciones políticas adversas: el Estado ha desmantelado las instancias institucionales que ayudaban a las Abuelas de Plaza de Mayo en su trabajo de recuperación de los bebés que fueron apartados de sus padres antes de ser asesinados.
Oesterheld es un prócer latinoamericano de lo que los argentinos llaman historieta. Personajes como Ernie Pike, con dibujos de otro ilustre del género, el italiano Hugo Pratt, o el sargento Kirk, lo colocan en la cumbre de lo que a comienzos de los años sesenta se conoció como “literatura dibujada”. Pero fue ‘El Eternauta’, publicada en Italia, China, Alemania, Brasil, Estados Unidos y España, su sello de distinción a la hora de imaginar en 1957 una trama de ciencia ficción bajo un régimen militar. La historia tuvo en 1959 un final abierto y Oesterheld la retomó en 1976 junto con el mismo dibujante, Francisco Solano López. El héroe colectivo de la primera parte se transforma en vanguardia política. El guionista, al igual que sus hijas, formaba parte de Montoneros, la guerrilla de origen peronista. Bajo esas circunstancias, la represión mutiló a esa familia.
La serie no transcurre en los años cincuenta. Se eligió un presente conectado con un trauma pasado. Juan Salvo, el eternauta que encarna Ricardo Darín, combatió en la guerra de las Malvinas contra Gran Bretaña. Aunque en los seis capítulos no se habla del último régimen castrense, su recepción no puede separarse de lo que entonces ocurrió. Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), la agrupación que en los años noventa se formó para reivindicar a sus padres, lanzó la pregunta a los espectadores: “¿Sabías que dos nietas o nietos del creador de El Eternauta son desaparecidos que podrían estar con vida?”.
Las Abuelas han recuperado a 139 de los casi 500 que fueron apropiados ilegalmente. Diana y Marina Oesterheld estaban embarazadas cuando fueron capturadas por una patota militar durante los dos primeros años de la dictadura. “¿Estás mirando ‘El Eternauta’? Si es así y has nacido en noviembre de 1976 o entre noviembre de 1977 y enero de 1978, y tienes dudas sobre tu identidad o la de alguien que nació en esas fechas, contáctate con Abuelas”. La exhortación, que era común en medio de partidos de fútbol y conciertos años atrás, recupera su fuerza en el espacio virtual mientras gobierna un presidente, Javier Milei, que ha intentado desde su asunción poner en entredicho la verdad del terrorismo de Estado.
Malestar oficial
El anarco-capitalista intentó subirse a la ola de popularidad de la serie y compartió en su red social X una ‘fake news’ que muestra una foto capturada de la pantalla en la que se ha escrito una leyenda en favor de su reelección. “Gran descuido de Netflix. El apoyo al Javo es difícil de tapar“, había escrito un seguidor del mandatario. Se trataba de una imagen trucada. La noticia falsa forma parte del arsenal comunicativo del Gobierno. Los efectos de la serie provocan irritación oficial. Luis Majul, un periodista que suele expresar el pensamiento de Milei se encargó de transmitir ese enojo y lanzó un “mensaje” a los creadores de ‘El Eternauta’.
“Traten de ponerle límites a la brutal utilización que están haciendo de la serie. Darín es inteligente, sabrá cómo hacerlo… otros que están alrededor de la producción son inteligentes. Traten de ponerle límite: lo van a usar como saben que se usan estas cosas”. El extertuliano por ahora se ha abstenido de formular comentarios. Tiene un frente controvertido abierto con los periodístas críticos que, dijo, no son “odiados lo suficiente” por sus seguidores.
El recelo es explicado por Jorge Fontevecchia, director del diario ‘Perfil’. ‘El Eternauta’, dijo, se convirtió en un fenómeno de amplio alcance social. “Es como en las viejas épocas de la televisión, cuando una serie juntaba a toda la Argentina y la gente tuviese la necesidad de opinar sobre ella e interpretar lo que significa”. Y eso es lo que fastidia a los libertarios. Los cultores de la salvación individual se encuentran frente a una ficción que los desmiente. “Comunicadores cercanos al Gobierno dijeron que era ‘woke'”.
La serie, sostiene también Fontevecchia, “pone en escena la necesidad de pensar como sociedad antes que el individualismo” arreciara como sentido común. La máxima de‘El Eternauta’, “nadie se salva solo” ante una invasión alienígena es “un mensaje que se opone por el vértice a la ideología del Gobierno libertario que establece que el egoísmo es lo que ayuda formar una sociedad”. Se pregunta pot último si este acontecimiento cultural “anticipa un escenario post libertario o solo será una expresión de deseo de quienes estamos cansados de la valoración de la crueldad y el individualismo como valores dominantes?”.
Conocido por su estilo elusivo al hablar sobre la coyuntura argentina, Darín fue llevado al centro de la controversia que generan los ataques del Gobierno de ultraderecha contra la cultura y sus instituciones, entre ella la encargada de promover la industria audiovisual. Consultado por el canal televisivo C5N sobre el la falta de financiamiento a esos organismos, el actor consideró que Argentina atraviesa “un momento bisagra” en el que urge repensar qué lugar ocupa la cultura. “Espero que haya un momento de reflexión más allá de posiciones tomadas, que aparentemente son férreas y asustan. No se puede enterrar la cultura de un país. No lo vas a conseguir”, dijo Darín.
Otras disputas
El peronismo, que se encuentra en la oposición y sumido en una crisis interna que amenaza con desgajamientos de cara a las elecciones parlamentarias de octubre, encontró en ‘El Eternauta’ una balsa para flotar en su mar de incertidumbres. Máximo Kirchner, diputado nacional e hijo de la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, exhumó una filmación del año 2000 en la cual la entonces parlamentaria recibía de Elsa Oesterheld, viuda del guionista, un dibujo original del cómic.”Hay que reconstruir la coherencia entre la palabra y la acción”. En 2010, cuando gobernaba este país, reivindicó en la Feria de Frankfurt la figura de esa mujer que también había perdido cuatro hijas y dos nietos. “Ella representa a los escritores argentinos que sufrieron durante uno de los peores momentos que vivió la Argentina”, dijo entonces.
Martín Oesterheld, quien a los cuatro años estuvo varios días en el campo de concentración El Vesubio junto con su abuelo, recordó que mucho antes de que surgiera el kirchnerismo, en 2002, ‘El Eternauta’ “siempre había sido un símbolo de resistencia social”. De hecho, todos los 24 de marzo , cuando se realizan movilizaciones para repudiar el golpe militar de 1976, Juan Salvo “aparece en los muros, las remeras, las banderas”. Y cuando recomenzaron los juicios contra los represores, a partir de 2006, “también fue un vehículo para generar un símbolo”.
Source: Informacion

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