‘Thunderbolts*’
En el frondoso, esquivo y oscuro bosque en el que se ha convertido el universo cinematográfico de Marvel, ‘Thunderbolts*’ destaca por derecho propio. No porque esté a la altura de filmes precedentes sobre Los Vengadores, Iron Man, Spider-man y Capitán América, sino porque propone cosas distintas en un ecosistema que llevaba tiempo dando síntomas de agotamiento. La idea es la de crear a unos nuevos Vengadores, el supergrupo de superhéroes que sostiene el andamiaje fílmico de la Casa de las Ideas que regentó durante décadas el sagaz y espabilado Stan Lee. A Kevin Fiege, el ideólogo de los filmes Marvel, le iría bien aprender más cosas de Lee. Y en ‘Thunderbolts*’ parece que lo ha entendido: menos parafernalia y más identidad; menos espectáculo digital gratuito y algo más de enjundia temática.
Yelena Belova, la mercenaria soviética hermana de la Viuda Negra que vuelve a encarnar Florence Pugh, está en el centro de la ecuación. Manipulada por su jefa en la CIA, se enfrenta a obstáculos exteriores y dilemas interiores: al principio del filme no sabe si se siente vacía por dentro o simplemente está aburrida de la vida que lleva. Se le añaden personajes nuevos y ya vistos –su padre, el Guardián Rojo; un terrenal Capitán América; la chica que se teletransporta, Fantasma; el eterno Bucky, el soldado de invierno– en una serie de peripecias no especialmente rigurosas pero carentes de la falsa espectacularidad de los últimos títulos de la serie. Y así se llega a un largo y enigmático pasaje, ambientado en el lado oscuro de los traumas de todos y todas, que es de lo mejor visto en el universo Marvel desde que Thanos se cargó a media humanidad en el penúltimo filme de Los Vengadores.
Source: Informacion

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