Los canadienses acuden a las urnas este lunes en unas elecciones federales decisivas para elegir a un nuevo líder de Canadá en un contexto de enfrentamiento con el Estados Unidos de Donald Trump. Tras una década de estabilidad bajo el mandato del exprimer ministro Justin Trudeau, su creciente impopularidad debido al aumento del coste de vida forzó su dimisión y el ascenso de Mark Carney como nuevo líder del Partido Liberal, quien convocó elecciones apenas nueve días después de asumir el cargo. El regreso de Trump a la Casa Blanca intensificó la crisis: al arremeter contra Canada, reconfiguró las prioridades de los votantes. Frente a la guerra comercial y las amenazas de anexión, el país se enfrenta ahora a un desafío existencial y sus elecciones adquieren relevancia internacional.
En realidad, los canadienses no eligen directamente a su primer ministro. Canadá, al igual que España, es una democracia parlamentaria por lo que los ciudadanos votan a los que quieren que sean sus representantes en sus distritos. Así se conforma el Parlamento que, a su vez, elegirá al primer ministro, que suele coincidir con el líder del partido más votado. Aún así, otras fórmulas son teóricamente posibles mediante pactos. El Parlamento canadiense lo integran cinco grupos políticos en la actualidad. Además de los liberales (centro-izquierda) en el Gobierno actual y los conservadores (derecha) en la oposición, también se sientan en el hemiciclo el Nuevo Partido Democrático (izquierda), los verdes, y el Bloque Quebequés, independentista de esa región.
Según el calendario electoral, Canadá debía celebrar elecciones antes del 20 de octubre. Sin embargo, el Gobierno liberal decidió adelantar los comicios. Al carecer de escaño parlamentario, Mark Carney tenía complicada la gobernabilidad y le dejaba fuera de los debates en la Cámara baja. Como primer ministro, podía buscar un escaño mediante una elección parcial. Sin embargo, dado que también se debía celebrar una elección general en breve, optó por convocarla sin más demora. También es un movimiento estratégico del Gobierno liberal.
Después de una década de Trudeau en el poder, los liberales tenían las de perder en una elección en la que el aumento del coste de vida se situaba como la principal preocupación. Apenas en diciembre, la mayoría de los votantes decían querer un cambio, algo que probablemente hubiera recalado en el Partido Conservador, en la oposición. Sin embargo, Trump ha dado un giro de guión con sus primeros aranceles que podrían dejar a la economía canadiense muy resentida, y con la amenaza de anexionar Canadá a EEUU, así como dice querer hacer con Groenlandia. En este nuevo contexto, la soberanía canadiense en una prioridad absoluta.
Lo que comenzó como una broma, con Trump llamando a su homólogo canadiense el “gobernador” de Canadá, como si fuera un estado más de EEUU, ha ido cobrando seriedad hasta culminar en la dimisión de Trudeau. “Lo que quiere es ver un colapso total de la economía canadiense, porque así será más fácil anexionarse“, declaró Trudeau al anunciar su marcha.
Trump acompañó la imposición de aranceles con la afirmación de que Canadá “dejaría de existir” sin el respaldo estadounidense que, dijo falsamente, “subvenciona” a Canadá con 200.000 millones de dólares estadounidenses al año. “Tengo que ser honesto, como estado [de EEUU] It works very well. As a country, not much“Trump said more recently. The concern is growing and he feels the need to prepare for an increasingly hostile neighbor.
Ambos candidatos, el primer ministro del Partido Liberal, Mark Carney, y el líder de la oposición y del Partido Conservador, Pierre Poilievre, coinciden en defender la soberanía de Canadá frente a las presiones de Estados Unidos, y sus propuestas apenas difieren en matices. Carney, que dirigió el Banco de Canadá y el Banco de Inglaterra durante las crisis de 2008 y la del Brexit, se proyecta como un líder que sabrá poner orden en el caos económico y que fomentará la cooperación internacional. Mientras, Poilievre, a quien llamaban el ‘Trump canadiense‘, ha tratado de distanciarse de las posiciones del presidente estadounidense, ahora figura impopular en Canadá. A pesar de que ha moderado su discurso populista, aboga por la autosuficiencia nacional y la desregulación.
Los conservadores disfrutaban de una ventaja de 25 puntos sobre los liberales hasta el mes de febrero. Pero, con una elección versando sobre el eje internacional, el Partido Liberal de Carney aventaja ahora al Partido Conservador de Poilievre por una media de 42% a 39%, según los últimos sondeos de la cadena canadiense CBC, lo que supone un descenso respecto a la ventaja de casi siete puntos porcentuales que los liberales tenían al comienzo de la campaña el mes pasado. Algunos sondeos muestran una ventaja aún menor, pero con todo, el Partido Liberal parece aún en condiciones de ganar, según los encuestadores.
Las papeletas se empiezan a contar en el momento en el que cierran las urnas en el último colegio electoral, a las 19 horas de la costa pacífica (3am hora peninsular española). Canadá tiene seis husos horarios, similares a los de Estados Unidos continental, coincidiendo el de la costa este con Nueva York y el de la costa oeste con San Francisco.
La nueva configuración del parlamento se debería saber rápidamente ya que el sistema canadiense no es representativo, sino que el candidato que obtiene más votos en cada circunscripción consigue el escaño, aunque no logre la mayoría absoluta, por lo que el voto popular no determina directamente el gobierno.
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Source: Informacion

James Sean is a writer for “Social Bites”. He covers a wide range of topics, bringing the latest news and developments to his readers. With a keen sense of what’s important and a passion for writing, James delivers unique and insightful articles that keep his readers informed and engaged.