Una de las bases que sostiene el bienestar de una sociedad es la existencia de una red sólida de protección ante situaciones imprevistas como pueden ser las enfermedades, la vejez o la pérdida del empleo. Con estos mecanismos de apoyo no solo se garantiza un estándar mínimo de dignidad acorde con los valores humanistas de nuestras sociedades, sino que también actúan como motor económico ya que permiten mantener el consumo interno, sostienen la actividad de las empresas y apuntalan un crecimiento equilibrado y sostenido.
España en este contexto ha dado un paso importante con la reforma del sistema de subsidios por desempleo: una medida que ya está plenamente vigente desde el pasado 1 de abril de 2025. Esta reforma, que comenzó a aplicarse en noviembre del año pasado y ha sido regulada por el Real Decreto-ley 2/2024, trae consigo cambios profundos en la forma en la que se gestionan y reparten las ayudas del Servicio Público de Empleo Estatal, más conocido como SEPE.
Fin de una desigualdad histórica
Uno de los colectivos que más notará el impacto positivo de esta reforma es el de los trabajadores a tiempo parcial ya que, hasta hace poco, si una persona perdía un empleo de media jornada y tenía derecho a un subsidio por desempleo y esto este se le abonaba de forma proporcional a las horas trabajadas.
Por ejemplo si la ayuda completa era de 480 euros, alguien que había trabajado al 50 % de jornada solo percibía la mitad: 240 euros mensuales. Esta situación generaba una clara desigualdad entre trabajadores en función de su jornada, a pesar de tener las mismas necesidades económicas.
Con la entrada en vigor de la nueva normativa, esto ha cambiado por completo. El SEPE ha eliminado los llamados “subsidios parciales”, y ahora cualquier persona que cumpla los requisitos podrá acceder a la totalidad de la ayuda, independientemente de si trabajaba a tiempo completo o parcial. Esto quiere decir que desde ahora el subsidio se va a cobrar de forma íntegra.
Además el nuevo sistema introduce una escala en las cuantías: durante los primeros seis meses, los beneficiarios recibirán el 95 % del IPREM, lo que en 2025 se traduce en 570 euros mensuales. En el siguiente semestre, la cifra bajará al 90 % del IPREM (540 euros), y a partir de ese momento se estabiliza en el 80 % (480 euros) hasta agotar la duración del subsidio.
Para poder acceder a estas prestaciones, el solicitante debe cumplir con los requisitos habituales: haber agotado previamente la prestación contributiva por desempleo, acreditar carencia de rentas y, en muchos casos, demostrar responsabilidades familiares.
Este cambio normativo se traduce en un alivio real para personas como Andrés, que trabajaba como auxiliar administrativo en una empresa de seguros durante cuatro horas al día. Tras un contrato de un año, finalizó su relación laboral y, al agotar el paro, solicitó el subsidio por desempleo. Bajo la legislación antigua, habría recibido solo 240 euros mensuales por haber trabajado a media jornada.
Sin embargo al solicitar la ayuda después de noviembre de 2024, ha pasado a percibir 570 euros mensuales durante los primeros seis meses, lo que le permite mantener cierta estabilidad mientras busca un nuevo empleo.
Source: Informacion

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