La 13ª temporada de MasterChef comenzó a principios de abril con 16 concursantes. Pero aunque solo han emitido tres capítulos, los seguidores ya han cogido mucho cariño a los participantes de este año. Por lo que la expulsión del lunes fue especialmente emotiva al despedir a una de las que más cariño recibía del público.
Eva, una madrileña de 52 años, llegó al programa con la aspiración de poder dar un giro importante a su vida. Aunque es técnico en riesgos laborales soñaba con montar un restaurante junto a su hijo cocinero. Se definía como generosa, leal y algo mandona, unos rasgos que calaron rápidamente en sus compañeros, que se despidieron de ella entre lágrimas.
No fue un programa fácil, ya que a media receta los jueces les hicieron intercambiar los platos entre ellos, y los concursantes tuvieron que reinventarse para acabar la propuesta de su compañero de línea.
La despedida fue dura para todos ellos. “No quiero llorar”, dijo muy emocionada Eva al final del programa, que admitió que había sido una “de las mejores experiencias de mi vida” porque “os he conocido a vosotros y a mis compañeros”. La madrileña reconoció que pasar por MasterChef “es muy especial y se queda para siempre”.
Source: Informacion

Barbara Dickson is a seasoned writer for “Social Bites”. She keeps readers informed on the latest news and trends, providing in-depth coverage and analysis on a variety of topics.