«No nos andamos con tonterías; llevaremos la guerra a cualquiera y entiendo que tienes mujer y hay hijos también». Esta es una de las amenazas con tintes mafiosos enviada al dueño de un club cannábico de San Fulgencio que fue atracado en octubre por una banda criminal de origen británico que ha sido desarticulada parcialmente por la Guardia Civil por extorsionar a propietarios de asociaciones de fumadores de cannabis de la Vega Baja para hacerse con el control de estos establecimientos mediante amenazas de muerte e intimidación con armas de fuego.
La banda, que actúa como la mafia, llegó a hacerse con el control de al menos dos asociaciones de fumadores de cannabis de la Vega Baja y las pesquisas se iniciaron por un atraco cometido el pasado octubre en un club de San Fulgencio, cuyo dueño fue extorsionado y amenazado de muerte para quedarse el grupo con la mitad de los beneficios. Le amenazaron con «volarle la cabeza» si acudía a la Policía y en un principio no presentó denuncia por miedo.
Desde la comisión del atraco la Guardia Civil ha detenido ya a dos personas de esta banda y se busca al menos a otras cuatro que participaron el atraco. El último arresto fue realizado a principios de este mes de abril en Orihuela Costa y tres guardias civiles resultaron heridos por el sospechoso, que ofreció gran resistencia y llegó a atrincherarse en el domicilio de un matrimonio extranjero.
Este último detenido, que ha ingresado en prisión y fue asistido por el abogado Francisco Miguel Galiana Botella, tenía en su domicilio dos subfusiles, considerados como armas de guerra, y más de 300 cartuchos de diferentes calibres. El arrestado, de 32 años y originario de Liverpool, se llama Sonny James R. pero desde el pasado año cambió su nombre por el de Peter F., según las pesquisas realizadas por la Guardia Civil, que ha comprobado que cuenta con un amplio historial delictivo en su país de origen.
Delitos imputados
El juzgado le imputa delitos de robo con violencia, amenazas, extorsión, tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas, ya que le incautaron 85 pastillas de anfetaminas en un club de Orihuela Costa cuyo control había asumido también la banda mediante amenazas, según la investigación de la Guardia Civil. Además le imputaron atentado y lesiones a tres de los cinco agentes que fueron necesarios para reducirlo, dadas las patadas y puñetazos que dio para intentar evitar su arresto. La Guardia Civil también incluyó los delitos de detención ilegal y pertenencia a grupo criminal en su denuncia.
La investigación está siendo llevada a cabo por el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Alicante, en coordinación con el Equipo Territorial de Policía Judicial de Guardamar.
Las extorsiones de esta banda han generado gran alarma social en estos locales de la Vega Baja y hay testigos que han rechazado declarar ante los investigadores por miedo a los componentes de este grupo criminal, a los que consideran muy peligrosos.
El robo con intimidación en un club cannábico situado en la urbanización La Marina de San Fulgencio fue cometido la tarde del 23 de octubre, pero la Guardia Civil, al no presentar denuncia las víctimas, no tuvo conocimiento del atraco hasta principios de noviembre, cuando la mujer del dueño del establecimiento pidió ayuda a través de la aplicación Alertcops. La esposa denunció que el británico Sonny R. tenía secuestrado a su marido y padre de sus hijos y que dos semanas antes les exigió 25.000 dólares. Asimismo, dijo que dos hombres armados entraron en el jardín de su casa en Pilar de la Horadada y que se habían personado en su domicilio agentes de la Policía Local.
A raíz de esta llamada, las víctimas ya denunciaron el atraco y la Guardia Civil estableció un dispositivo de vigilancia en el entorno de la asociación cannábica presidida por la pareja de la mujer denunciante. Así interceptó y detuvo a un británico que salió del club y luego fue identificado como uno de los seis autores del atraco.
En el atraco, uno de los empleados del club fue amenazado con una pistola y se apoderaron del cannabis, 600 euros de la recaudación y otros efectos. La banda advirtió al dueño, que no estaba presente y le llamaron por teléfono, que les tenía que pagar 25.000 euros, que la mitad de los beneficios del local se los quedarían y desde ese día ellos asumían el control. De hecho se llevaron las llaves del local y al día siguiente ya comenzaron a explotar el club.
Además de lo datos aportados sobre Sonny, el denunciante también explicó a la Guardia Civil que tras el atraco mantuvo una reunión con otro integrante del grupo criminal, el cual intentó obligarle bajo amenazas a que firmara un documento donde reconocía que la mitad del negocio era de la banda que le robó. Se negó, pero no llegaron a agredirle pese a estar acompañada esta persona de las seis que participaron en el asalto.
El británico apresado a principios de abril llegó a ausentarse de España unos meses tras el atraco y se le vincula en el Reino Unido con dos tiroteos ocurridos en la zona de Liverpool, uno de ellos en casa de su madre. En el momento de la detención en Orihuela Costa se refugió en casa de un matrimonio al detectar la presencia de la Guardia Civil y poco después intentó huir por la parte trasera, pero fue detenido por los investigadores.
Source: Informacion

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