El avance del “criptogate” y las dificultades que encuentra el ultraderechista Javier Milei para despegarse de la estafa que trajo beneficios millonarios a sus organizadores, lleva al Gobierno argentino a profundizar su veta televisiva. Así como en algunos programas se silencia a un tertuliano apagando el micrófono, el portavoz presidencial, Manuel Adorni, hizo público el deseo de oficial de callar las preguntas impertinentes de los periodistas en las ruedas de prensa en la sede del Ejecutivo a través de un botón. “Estoy buscando un esquema donde la gente pueda decidir quien se va y quien se queda, como un Gran Hermano periodístico”. Adorni, conocido por su agresividad, un rasgo que sus superiores consideran una virtud, al punto de que podría presentarse como candidato en las elecciones parlamentarias de octubre, dijo también que el Gobierno “piensa” en un esquema nuevo donde los periodistas que asistan a un encuentro con Milei o el propio portavoz “puedan ser elegidos por la gente”. Una manera, añadió el funcionario, de que los “argentinos de bien”, como suele decir la ultraderecha, estén “representados”.
Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, en Buenos Aires se actúa por acto reflejo a algunas de sus decisiones: el anuncio del retiro de Argentina de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el monotemático repudio al cambio climático y un colectivismo imaginario, la exasperación del lenguaje institucional. Días atrás, el magnate republicano delimitó la acción periodística en el Salón Oval: no todos los profesionales podrían hacerle una pregunta. Adorni se propuso ser más audaz con la posibilidad de tener al alcance de su mano un “botón muteador” para apagarle el micrófono a los periodistas que lo incomoden.
El vínculo entre MIlei y parte de la prensa se resiente a medida que pasan los meses de su gestión. La catarata de insultos sale de su boca cada vez que una noticia no es de su agrado. Los que no lo aplauden son profesionales “ensobrados”: han recibido supuestamente dinero sucio para atacarlo. La adquisición de la operación de Telefónica en Argentina por parte del Grupo Clarín, dueño del diario de mayor circulación en este país, ha provocado la ira presidencial. Si en 2024 había exaltado el papel de los monopolios durante su primera presentación en Davos, la posibilidad de que Clarín, que ya es dueño de Telecom, controle el 70% del mercado de las comunicaciones, convirtió al anarco capitalista en un adalid de la lucha contra los monopolios y por eso amenaza con frenar la adquisición de Telefónica.
Una hermana en problemas
La molestia general con la prensa ha crecido al compás de las derivaciones del escándalo $LIBRA. Carlos Pagni, el principal columnista político de ´La Nación` y uno de los blancos de la furia de Milei, consideró este jueves que el “critpogate” se ha convertido “en una bomba de profundidad” para el mandatario. “Un explosivo parsimonioso, que ocasiona daños con el transcurso del tiempo”.
Recordó que en los Estados Unidos se ha abierto una investigación muy amplia para determinar “si en el lanzamiento de esa moneda hubo conductas fraudulentas”. Si bien los expertos consideran que los perjudicados por la estafa no podrían ser resarcidos económicamente, los que los representan comienzan a ensayar variantes para superar ese obstáculo. $LIBRA fue en los hechos promovida en X por Milei con el argumento de que ese activo digital sería beneficioso para la economía argentina. Por lo tanto, sostiene Pagni, “la iniciativa adquirió un carácter oficial que permitiría, consumado el fracaso, reclamar el resarcimiento al Tesoro”.
El extertuliano y su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, están bajo la mira de la justicia federal en virtud de 111 denuncias que en su mayoría están en manos de la magistrada María Servini de Cubría.
De acuerdo con el portal ´La Política Online`, en el Gobierno analizan a estas alturas postular a Karina Milei como candidata a diputada en octubre para obtener en diciembre los fueros parlamentarios para que la blinden frente a eventuales problemas judiciales. Conocida como “El Jefe”, por el poder que ha acumulado en el Gobierno, Karina Milei acaba de ser denunciada por la opositora Coalición Cívica por tráfico de influencias. Están convencidos de que ella es la “recaudadora” de fondos para el financiamiento de La Libertad Avanza, el partido de Gobierno, en todo el territorio argentino.
Source: Informacion
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