No atraviesa precisamente por su mejor momento el sector del mueble a nivel provincial. Y es que el estancamiento de las ventas de los muebles para hoteles y oficinas está repercutiendo directamente sobre el comercio tanto exterior como nacional, debido a que el repunte registrado tras la pandemia se ha diluido una vez cubiertas las necesidades de los establecimientos. Con todo, no es este el único factor que está impactando en la actividad, toda vez que la inestabilidad internacional generada por los conflictos bélicos y la menor renta disponible por parte de las familias también está suponiendo un lastre. Las empresas, por otro lado, confían en no verse afectadas por los aranceles con los que viene amenazando Donald Trump en Estados Unidos, mercado en el que tienen depositadas muchas esperanzas.
La Asociación Nacional de Industriales y Exportadores de Muebles de España (Anieme) ha dado a conocer las cifras de comercio exterior correspondientes a los primeros nueves meses de este año, y lo cierto es que la provincia de Alicante no sale muy bien parada. Si en el conjunto del territorio nacional las exportaciones han crecido un 1,9 % con relación al mismo periodo del ejercicio anterior, hasta los 2.311 millones de euros, en el caso alicantino ha sucedido todo lo contrario, con un descenso del 1 % que ha dejado las ventas internacionales en 83,1 millones.
No se trata de una reducción, a simple vista, demasiado significativa, pero sí que tiene su magnitud si se tiene en cuenta que ya se viene de un 2023 en que ya se produjo un retroceso, en este caso del 1,4 %, y que justo un ejercicio antes, en 2022, el sector provincial experimentó un crecimiento de nada menos que del 26,3 %.
Y es que los fabricantes de muebles alicantinos viven en una montaña rusa desde que irrumpió la pandemia. En aquel momento, y debido a las restricciones que impedían viajar, hacer turismo o, simplemente, ir a los restaurantes, mucha gente decidió invertir en la renovación de sus hogares, lo que propició que las ventas de muebles experimentaran un sensible incremento.
El sector provincial, sin embargo, no se vio beneficiado como el de otros territorios, toda vez que gran parte de las empresas alicantinas están especializadas en la fabricación de muebles de hoteles, restaurantes u oficinas, que en aquel momento permanecían cerrados. Así que tuvieron que esperar a la reapertura de estos establecimientos para ver cómo sus ventas crecían exponencialmente, algo que se vio reflejado en las cifras de exportación correspondientes a 2022.
A partir de ahí, sin embargo, estancamiento. La directora general de Anieme, Amparo Bertomeu, señala a este respecto que «es hasta cierto punto lógico que, después de la remontada del sector del contract registrada tras la pandemia, ahora se haya tendido a la estabilización, porque se han cubierto las necesidades de oficinas y establecimientos hoteleros, y hace falta que transcurran cuatro o cinco años para que amorticen la inversión».
Bertomeu, en cualquier caso, subraya que este no es el único motivo que está lastrando los mercados a nivel general, también en el mueble de hogar. Según sus palabras, «la situación internacional continúa estando muy complicada, con unos conflictos bélicos que están afectando a zonas en los que el sector cuenta con importantes clientes».
Mercados afectados
A ello se le suman, añade la directora de Anieme, cuestiones como unos precios de materias primas y transporte que continúan moviéndose en baremos elevados, y que países como Francia y Alemania, dos de los principales mercados, no están atravesando precisamente por su mejor momento a nivel económico.
Así se pone de manifiesto en las estadísticas, donde las ventas alicantinas a Francia, principal destino de las exportaciones, han sufrido un retroceso del 6,1 %. También en el Reino Unido han bajado un 10,7 %, al igual que en Bélgica, en un 5,3 %; en Estados Unidos, en un 5,5 %; y en Arabia Saudí, en un 42,1 %. En el lado contrario figuran los incrementos de un 12,8 % en Portugal, del 7,9 % en Italia, y el apenas perceptible de un 0,1 % en Alemania.
En todo este panorama de incertidumbre, desde el sector se confía en que la guerra de aranceles con la que viene amenazando el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no acabe afectando a los muebles españoles. Así lo señala Amparo Bertomeu, quien destaca que «allí no fabrican lo que hacemos nosotros, por lo que no tendría sentido poner trabas a nuestras exportaciones».
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Y lo subraya sobre la base de que el sector tiene depositadas muchas esperanzas en el mercado norteamericano, algo que se pudo comprobar en la reciente feria de Nueva York, donde las empresas participantes, subraya la directora de Anieme, «salieron muy satisfechas. Desde luego, tenemos perspectivas de crecimiento, siempre que no haya obstáculos».
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Source: Informacion
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