La Policía Nacional ha detenido en Alicante a una joven argelina de 26 años acusada de estafar 47.000 euros en una operación inmobiliaria en la que actuó como intermediaria entre un compatriota y una inmobiliaria y consiguió poner a su nombre la casa que adquirió la víctima. Para ello, la mujer se aprovechó de que la víctima residía fuera de España y desconocía el idioma español, además de hacerse pasar por su pareja.
Asimismo, amenazó a la víctima con denunciarle por violencia de género si denunciaba los hechos, a pesar de que nunca habían tenido ninguna relación sentimental.
El origen de los hechos se remonta al año 2023, cuando la inquilina de una vivienda que tenía la víctima en la ciudad de Valencia, se negó a pagarle el alquiler con diversas excusas.
En vista de ello, el arrendador, como estaba interesado en vender la vivienda de Valencia y adquirir una vivienda en Alicante, propuso a su inquilina que buscase una vivienda económica en dicha ciudad para comprarla y que fuera más barata que la de Valencia, ofreciéndole la posibilidad de que se fuera a vivir a esta nueva vivienda y desocupara la de Valencia, bajándole el precio del alquiler para que pudiera hacer frente al pago.
La inquilina aceptó la oferta de su casero y localizó un inmueble situado en Alicante, el cual fue del agrado del comprador, iniciando los trámites de compraventa con la inmobiliaria. La inquilina se ofreció a hacer de intermediaria dado que el comprador, de nacionalidad argelina, residía fuera de España y además no conocía el idioma castellano.
Según parece, la víctima y su inquilina se personaron en la inmobiliaria, donde la mujer llevó el peso de la negociación en todo momento, llegando a manifestar incluso que ambos eran pareja y que la vivienda la compraban para vivir juntos, ignorándolo el comprador, debido a su barrera idiomática y resultando esto totalmente falso, como la investigación policial posterior reveló.
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Reserva
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Días después fueron nuevamente a las oficinas de la inmobiliaria y ambos formalizaron la reserva, en la que figuraba la inquilina como titular de la misma, algo que a priori no le resultó extraño al comprador.
La milimétrica estrategia diseñada por la inquilina fue tomando forma cuando aprovechó que su casero se marchó nuevamente a su país para personarse otra vez en la inmobiliaria y solicitar las llaves de la vivienda reservada con la excusa de ir haciendo la mudanza, accediendo los responsables de la inmobiliaria a ello.
Posteriormente, sobre el mes de mayo del presente año, la inmobiliaria recibió la transferencia que hizo el comprador desde su país por el total de la compra venta, se iniciaron los trámites notariales, consiguiendo la inquilina figurar como compradora única del inmueble en la escritura pública de adquisición.
Cuando la víctima fue conocedor del entuerto y de que había sido víctima de una estafa manifestó a su inquilina la intención de denunciar lo ocurrido, si bien ella le dijo que le demandaría por un delito de violencia de género, amenazándole con que este tipo de delitos en España estaban muy penados, hecho que llegó incluso a materializar.
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Finalmente, la víctima decidió denunciar los hechos, haciéndose cargo de las investigaciones los agentes de Policía Judicial de la Comisaría Provincial de Alicante, quienes consiguieron esclarecer los hechos y detener a la investigada, como presunta autora de los delitos de estafa y coacciones, quien ya tenía antecedentes previos relacionados con hechos de similares características, incluso alguno de ellos relacionado con la usurpación de bienes inmuebles.
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Source: Informacion
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