“Manuela Chavero fue golpeada brutalmente, lo que descarta cualquier atisbo de accidente”. Es lo que ha sostenido el fiscal en su informe provisional en la primera sesión del juicio en la Audiencia Provincial de Badajoz contra Eugenio D, único acusado de la muerte de la vecina de 42 años de Monesterio en 2016, cuyo cadáver no fue hallado hasta septiembre de 2020, más de 4 años después.
El ministerio público ha tachado de “inverosímil” la versión de los hechos ofrecida por el procesado, que desde que fue detenido ha mantenido que la mujer murió de forma accidental: tropezó y cayó hacia atrás cuando ambos transportaban una cuna, que ella le había prestado hace tiempo y que le iba a devolver. “Los análisis a los huesos han acreditado que no tenía ninguna lesión en la parte trasera de la cabeza”, ha afirmado.
“Descomunal paliza”
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“Manuela sufrió una descomunal paliza”, ha insistido el fiscal, quien ha apoyado su afirmación en los informes de los forenses: tenía rotas las dos órbitas de los ojos, la parte derecha del tabique nasal y fracturas y fisuras en los dientes, “dos de ellos arrancados de raíz y otro de cuajo”, además de cinco costillas fracturadas.
“Estoy plenamente convencido de que fue violada antes de ser golpeada, asesinada y trasladado su cuerpo”, ha dicho el fiscal, que ha subrayado que, aunque no existan pruebas directas de la agresión sexual por el tiempo que permanecieron enterrados sus restos, sí hay “evidencias” de que los hechos sucedieron así.
El ministerio público ha mostrado al jurado popular -formado por 6 hombres y 3 mujeres- fotografías de Manuela Chavero y del acusado para que comprobaran la diferencia de sus complexiones físicas -ella era delgada y “bajita” y él, corpulento-, porque, según ha defendido, Manuela estaba “sin defensa posible”, que es que lo que jurídicamente se tipifica como alevosía.
Las dos acusaciones particulares -en manos de los abogados Verónica Guerrero y Fernando Fontán- y la popular, que ejerce Patricia Catalina, en nombre de la Asociación Clara Campoamor- comparten las tesis del fiscal y consideran que el acusado actuó de manera premeditada. “Manuela salió engañada de su casa para entrar a la de Eugenio y no volver a salir”, ha asegurado Guerrero, que representa a los padres y hermana de la víctima. Por eso, según ha expuesto, Eugenio D. dejó su teléfono móvil en su piso y no lo llevaba consigo cuando se dirigió a la casa familiar. “El crimen fue planeado y sabía lo que iba a hacer”.
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“Con absoluto desprecio a Manuela y a su condición de mujer la violó y mató, pero no solo eso, sino que la entierra en una zorrera. Ocultó su cuerpo 4 largos años, más de 1.500 días, en los que la familia, la Guardia Civil y España entera estuvo buscándola”, ha dicho Guerrero, que ha subrayado el “daño irreparable” que ha causado a sus familiares. “El acusado miente de principio a fin”, ha sostenido.
“Los padres de Diana Quer pudieron probar la agresión sexual antes del asesinato, como haremos nosotros”, ha asegurado Patricia Catalina, en referencia al caso de la joven madrileña, cuyo asesino confeso, Enrique Abuín, fue condenado a prisión permanente revisable, pena que solicitan todas las partes para Eugenio D.
Todas las acusaciones han coincidido al señalar que el acusado no se arrepintió y llevó a los investigadores hasta donde había escondido el cuerpo para que su familia dejara de sufrir, sino que lo hizo porque se vio “atrapado y acorralado” los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO).
“Sin ánimo de venganza”
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Por su parte, la defensa ha negado que su cliente actuara de manera premeditada. “Es absurdo”, ha dicho José Antonio Carrasco, abogado de Eugenio D. Según ha sostenido, su cliente, que entonces tenía 23 años, al comprobar que Manuela había fallecido al golpearse la cabeza contra el suelo fue “incapaz de actuar ni de intervenir y tuvo la malísima idea de enterrar el cuerpo”, porque estaba sobrepasado por lo sucedido.
Carrasco ha recordado que en la fase de instrucción la propia fiscalía calificó los hechos como homicidio y que no fue hasta el 25 de julio de 2022, casi dos años después, cuando los modificó a asesinato. En su opinión, este cambio solo obedece a “la presión mediática”.
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En este sentido, ha pedido al jurado que valoren las pruebas “con racionalidad” y “sin ánimo de venganza”.
Source: Informacion
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