Lorenzo Silva nunca se imaginó cuando empezó a escribir la serie de Bevilacqua y Chamorro que estos dos agentes transformarían su vida para siempre. El subteniente y la brigada superan el cuarto de siglo resolviendo los casos más complejos que suceden en el país. El escritor madrileño estará hoy en la Feria del Libro de Málaga (Patio de Banderas, 18.00 horas, presentado por Agustín Rivera) para hablar de la decimocuarta entrega de esta serie que ha enamorado a millones de lectores: ‘Las fuerzas contrarias’ (Destino).
Silva confiesa que ‘El lejano país de los estanques’, el primer capítulo de esta saga, fue un experimento para ver si se podía hacer este tipo de novela en España. A finales de los 90, el género policiaco tenía poco espacio en el panorama literario nacional, pero el madrileño se atrevió a ser referente y a crear una historia en la que dos guardia civiles fueran los protagonistas.
“Fue en la tercera entrega (‘La niebla y la doncella’) cuando me di cuenta de que Bevilacqua y Chamorro eran personajes que daban de sí para construir una serie. En aquel momento pensé que la saga no tendría más de siete libros, pero luego la vida te sorprende. Llegué a la séptima, seguí escribiendo y aquí estoy con la decimocuarta”, bromea el autor.
Silva tampoco se imaginó nunca que acabaría viviendo de la escritura. “Me tocó la lotería de la literatura“, expresa. Él ejercía la abogacía hasta que llegó un punto en el que sus libros comenzaron a venderse de tal forma que le permitieron aparcar su labor profesional. “Mi vocación siempre fue escribir, pero normalmente no se puede vivir de ello. Acabé siendo abogado para una empresa del Ibex y escritor en mis ratos libres. Cuando mis novelas empezaron a generar una retribución importante, coincidió con la excedencia por el nacimiento de mi hijo. 23 años después todavía no he regresado”, comenta con sorna el madrileño.
Estos 23 años de escritor a tiempo completo continúan con ‘Las fuerzas contrarias’. “En esta novela, el subteniente Bevilacqua y la brigada Chamorro tendrán que enfrentarse a uno de los mayores retos de su carrera: el esclarecimiento simultáneo de dos muertes”, detalla Silva. Las dos víctimas son mujeres. La primera es una joven de un pueblo de Badajoz que, aunque está desaparecida, todo apunta a que está muerta. La segunda es una señora mayor cuyo cuerpo aparece en su casa de un pueblo de Toledo aparentemente sin signos de violencia, pero cuya investigación conducirá a los agentes en otra dirección.
La pandemia como contexto
Estos dos casos están enmarcados en el momento más crítico que ha vivido nuestra sociedad en las últimas décadas. Bevilacqua y Chamorro son agentes de la autoridad y tienen la posibilidad de moverse por el territorio, pero las restricciones les impedirán desarrollar su trabajo con normalidad.
“En una investigación criminal se necesita indagar en el entorno de la víctima y eso implica hablar con mucha gente. Entablar conversaciones con el confinamiento se hizo mucho más difícil”, razona Silva. Los dos protagonistas tendrán que abordar uno de sus sucesos más complejos que los unirá como nunca y marcará un giro en su relación.
Los dos casos que se desarrollan en ‘Las fuerzas contrarias’ hablan sobre cómo con ocasión de la pandemia se dejan sentir las fuerzas adversas a nuestro bien común, a nuestro futuro, a nuestra esperanza… “Entre el panorama desolador, una sociedad muy dividida como la española pareció reunirse para salir adelante”. Pero, dice Silva, los reproches y el reparto de culpas no tardaron en florecer de nuevo a raíz de la gestión por parte de las autoridades.
España no está afrontando muy bien sus desafíos como sociedad desarrollada
“La división es la principal fuerza contraria que existe en España. Vivimos en una sociedad en la que se ha perdido el consenso común y además, no se admite la que no sea la tuya”, afirma con rotundidad el autor. Silva lamenta que en la actualidad, al adversario político o ideológico no solo se le niega la razón, sino también la legitimidad. “España no está afrontando muy bien los desafíos que tiene como sociedad desarrollada. Cuando tiene un problema, en lugar de cohesionarse, se divide y nadie asume responsabilidades, provocando que ciertos males vayan a peor”, diagnostica.
Caducidad de la saga
Lorenzo Silva es consciente de que ser autor de una saga con dos décadas y media de existencia conlleva una serie de responsabilidades. “Tengo que cumplir las expectativas de la gente. No me puedo poner a hacer cosas extrañas y a inventarme detalles sin sentido. Pero tampoco puedes poner al lector siempre el mismo plato en la mesa, se tiene que ver una evolución de los personajes y la historia”, explica.
Dicha búsqueda del equilibrio le lleva a recordar que la serie de Bevilacqua y Chamorro tiene fecha de caducidad. “En el momento en el que estamos de la historia, a Bevilacqua le quedan ocho años para jubilarse y algunos más a Chamorro. Pero no tengo ningún plan cerrado”, aclara Silva. El madrileño se ve preparado para el momento de decir adiós a los dos personajes que le han elevado al estrellato, aunque esa despedida no parece que vaya a producirse a corto plazo.
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Source: Informacion

Brandon Hall is an author at “Social Bites”. He is a cultural aficionado who writes about the latest news and developments in the world of art, literature, music, and more. With a passion for the arts and a deep understanding of cultural trends, Brandon provides engaging and thought-provoking articles that keep his readers informed and up-to-date on the latest happenings in the cultural world.