En la Conselleria de Hacienda de la región se percibe un tono similar al de unos náufragos que envían mensajes de auxilio en una botella. Los textos no buscan un rescate inmediato ni trazos de coordenadas de una isla perdida, sino exponer la necesidad de una reforma en la financiación que funcione como un salvavidas económico para cubrir los huecos de ingresos que vuelven a aparecer en las cuentas de la Generalitat. Sin embargo, al menos por ahora, el resultado es semejante al de quien permanece varado en una orilla rodeada de olas: silencio total.
La portavoz del Ejecutivo autonómico y titular de Hacienda, Ruth Merino, expresó ayer su pesar por no haber recibido ni acuse de recibo por parte de su homóloga en el Gobierno central, María Jesús Montero, respecto a las dos cartas enviadas desde septiembre que reclamaban avances en la modificación del modelo de reparto entre las comunidades. El mensaje seguía sin respuesta.
La más reciente, recordó Merino, fue a principios de febrero cuando comunicó la conclusión de los informes de expertos sobre la necesidad de crear un fondo de nivelación para la Comunidad Valenciana por 1.700 millones. Aún no ha llegado ninguna respuesta a estas peticiones ni siquiera un sencillo acuse de recibo. En la práctica, la carta parece haber sido enviada al mar sin bengalas que indiquen que el mensaje fue recibido ni que se avanzarían las solicitudes. Resulta comparable a un deseo que Merino formuló como carta a los Reyes Magos el 4 de enero: exigir a Montero que cumpla con su tarea y aborde la reforma del sistema de financiación. En los despachos del Palau ni del Almirante, sede de la Conselleria de Hacienda, no apareció un nuevo modelo envuelto para su revisión.
Las dificultades de comunicación entre las dos reparticiones no son novedad. En enero pasado, Merino calificó la relación entre ambas administraciones como unilateral. Tres meses antes, la conselleria envió otra carta a Montero para preguntar por las entregas a cuenta y el objetivo de déficit que permitiría a la Comunidad Valenciana elaborar sus presupuestos. En aquel momento el Gobierno central estaba en funciones y negociaba apoyos para lograr su investidura, y la carta no obtuvo respuesta.
«El Consell no se va a cansar»
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En enero, la consellera Moreno indicó que esperaba que la relación entre ambas administraciones pudiera recomponerse para que llegara la crítica situación financiera que atraviesa la Comunidad Valenciana y que se trasladaba a la respuesta de las autoridades centrales. Ella sostuvo que hay una demanda legítima de atender la realidad económica de la región y que esa demanda debe ser escuchada y considerada con seriedad.
Ayer, durante la rueda de prensa tras el pleno del Consell celebrado en Castellón, reiteró que la Generalitat no se va a cansar por mucho que el Gobierno de España parezca aburrirse ante las reclamaciones. «Nos van a ver exigir lo que es justo para los españoles, y en especial lo que corresponde a los valencianos, que ha sido negado durante mucho tiempo», afirmó la portavoz.
Sin embargo, sí llegó una noticia desde Madrid. El Consejo de Ministros autorizó a la Comunidad Valenciana a formalizar operaciones de endeudamiento a largo plazo por un monto máximo de 470 millones. Se solicitó autorización para cerrar un préstamo a largo plazo con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), por un importe máximo de 470 millones, con un desembolso máximo de 85 millones en 2024.
El préstamo se destinará a la cofinanciación de determinadas inversiones incluidas en el programa operativo 2021-2027, respaldadas por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) y el Fondo Social Europeo (FSE).
El Consejo de Ministros también autorizó a la Comunidad Valenciana a otorgar garantías en 2024 por un máximo de 13,2 millones. Se solicitó el reafianzamiento de las garantías otorgadas por la Sociedad de Garantía Recíproca a las operaciones de crédito concedidas por el Instituto Valenciano de Finanzas dentro de la línea de financiación Reactiva Feder, dirigida a pymes.