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Sentadas alrededor de una mesa, cinco jóvenes políticas que ya han despuntado en la provincia analizan cómo llega la sociedad española a este año al 8M. La mayor parte de ellas coinciden a la hora de señalar que se vive un momento crucial, con un peligro con forma de populismo que se vislumbra en un horizonte más que próximo como amenaza para la igualdad. Ante este temor, el deseo común es el de mantener los derechos conquistados sin dar un paso atrás y, al mismo tiempo, seguir avanzando porque todavía queda mucho trabajo por hacer. 

El diálogo, en el que participan Lucía Peral (Partido Popular), Raquel Marín (PSPV-PSOE), Sara Llobell (Compromís), Mireia Moyá (Vox) y María Teresa Pérez (Podemos), da para mucho más, ya que les permite hablar de sus referentes, de sus primeros pasos en la política, de las trabas y micromachismos que todavía tienen que superar por su doble condición de mujeres y jóvenes o de algunos de los asuntos que más división han generado en los últimos años dentro del movimiento feminista, como el debate que gira en torno a la vigente «ley trans».

Sobre la condescendencia y el paternalismo con el que aseguran que en ocasiones se les trata, la diputada en las Cortes Lucía Peral (Elche, 1999) recuerda sus inicios, con 19 años, como portavoz de la oposición en el municipio de San Isidro. «El equipo de gobierno me trataba como si fuera una niña», sostiene. Una situación similar vivió la líder de Podemos en la Comunidad Valenciana, María Teresa Pérez (Petrer, 1993), que con 25 años era diputada en el Congreso y con 26 años alto cargo del Gobierno. «Había funcionarios que pedían un cambio de destino porque no querían que les mandara una niñata podemita», asegura.

Involución

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En cuanto a los peligros que amenazan al feminismo y la igualdad en estos momentos, Sara Llobell (Alicante, 1995), que como concejala ha tenido que pedir en los plenos del Ayuntamiento de su ciudad que se refieran a ella como «señora» y no como «señorita», ofrece rápido su diagnóstico. «Vivimos un periodo de involución por el auge de la extrema derecha pero no podemos perder de vista el trabajo que se ha hecho durante décadas para romper techos de cristal y suelos pegajosos». Por alusiones, la vicepresidenta de Vox en la provincia, Mireia Moyá (Santa Pola, 1989), defiende que el 30 % de militantes de su formación son mujeres.

A la hora de hablar de las políticas más urgentes que se tienen que aplicar, la diputada provincial Raquel Marín (Sant Joan d’Alacant, 1994) apunta a la erradicación de la violencia machista, el avance hacia una economía de género que equipare los salarios y la apuesta decidida por un sistema educativo que garantice la igualdad. «Todas las políticas tienen que ser inclusivas e impedir que se perpetúe la desigualdad», apostilla Llobell. En este sentido, Pérez denuncia el acuerdo entre PP y Vox para poner en marcha la ciudad de Alicante lo que la izquierda ha definido como «oficina antiaborto» y pone sobre la mesa dos iniciativas políticas más: una nueva ley antirracismo con perspectiva de género y la formación específica de los jueces en estas materias. «La Constitución ya proporciona una igualdad máxima entre los hombres y las mujeres», intercede Moyá. 

Preguntadas por sus referentes, más allá de citar a figuras clásicas que han impulsado el feminismo, las cinco jóvenes alicantinas coinciden a la hora de mencionar a sus madres, sus tías y, sobre todo, a sus abuelas. Apenas se hacen menciones a otras mujeres, más allá del caso de Peral, que expresa su admiración por Isabel Díaz Ayuso, a la que define como una «defensora de la libertad», o Llobell, que cita a algunas de sus compañeras que han desempeñado un papel clave para impulsar el proyecto de Compromís, como Mónica Oltra, Àgueda Micó o la crevillentina Aitana Mas.

Abolir la prostitución

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La concejala alicantina plantea entre los retos más urgentes la abolición de la prostitución y la regulación de los vientres de alquiler. Más allá de esto, por una cuestión ideológica, su discurso choca más con el de Moyá, aunque la representante de Vox en el debate ofrece un relato más comedido que el de las voces más radicales de su partido. La santapolera lleva muchas de las cuestiones al terreno de la familia, un espacio en que cree que «hay que dar a conocer a los hijos el respeto entre hombres y mujeres».

En cuanto a la «ley trans» y las diferentes que se tienen sobre ella dentro del feminismo, Marín defiende que «los gobiernos del PSOE son los que más avances han conseguido sobre la identidad sexual». Pérez, por su parte, aboga por «la integración, el reconocimiento y la garantía de los derechos de las personas trans». Por último, Peral reivindica «el respeto al ordenamiento jurídico» y «leyes contra la discriminación». 

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