La demonización del ánimo de lucro por parte de la izquierda española es repetitiva y cansina. La última prueba, el plan de Pedro Sánchez que endurecerá los criterios académicos y financieros para crear universidades privadas. Amparándose en una supuesta burbuja de instituciones de dudosa calidad quiere enmendar un decreto de 2021 con el que ya quiso actuar en esta dirección, pero que fracasó. El Gobierno busca así frenar los «chiringuitos» pensados con el único objetivo de hacer negocio y que han proliferado en la última década en las autonomías gobernadas por el Partido Popular. Estas dan prioridad a la oferta privada en detrimento de la pública, a la que recortan financiación, según el relato de Moncloa.