Ha dicho George Clooney que a sus 63 ya no va a hacer más películas románticas, que ese percal se lo deja a los compañeros de 25 años. Qué crueldad intolerable. Maldito edadismo, que se ceba con los galanes de nuestros sueños y no con las momificadas cúpulas de los grandes bancos, los ejércitos y las autocracias. El maravilloso actor estrena estos días en Broadway la versión teatral de Buenas noches, y buena suerte, la historia que hace dos décadas escribió, dirigió e interpretó en cine sobre el enfrentamiento que mantuvieron el presentador de la CBS Edward R. Murrow y el infausto senador republicano Joseph McCarthy, perpetrador de la famosa caza de brujas anticomunista durante la Guerra Fría. Hijo de un periodista, Clooney encarnará esta vez a Murrow. En plena promoción de un proyecto que versa sobre la libertad de prensa, hace un par de noches habló del tema y de la necesidad de que el cuarto poder funcione cuando los otros tres son deficientes en el programa informativo 60 Minutes de esa misma cadena. “A los gobiernos no les gusta la libertad de prensa. Y eso vale tanto para los conservadores como para los liberales, o para cualquier bando”, comentó. Por alusiones directas a los muchos contenciosos que su administración mantiene contra los medios que informan sobre los escándalos sexuales que protagoniza se aprestó a tirársele a la yugular Donald Trump, que en una red social se preguntaba: “¿Por qué el ahora muy desacreditado programa 60 Minutes haría un reportaje total sobre George Clooney, una estrella de cine de segunda y un experto político fracasado?” Caray con el presidente de los EEUU y también actor de Solo en casa 2. Qué olfato tiene el líder de la primera potencia mundial y también actor en Amor con preaviso. Acostumbrado a rodearse de frikis y palmeros, detecta rápidamente a cualquier rival verdadera y potencialmente peligroso.
Tax services Opinion Are Americans ready to vote for George Clooney?
on26.03.2025