La semana ha sido mala para casi todo el mundo. Veníamos de la humillación a Zelensky en la Casa Blanca, que se tomó como una afrenta a Europa. (Ojo con el vicepresidente Vance que deja corto a Donald Trump en matonismo de taberna, ejercido como se vio en el mismísimo despacho oval). Al todopoderoso Elon Musk le ha explotado de nuevo un megacohete, el Starship. Como en el accidente anterior, hubo que desviar el tráfico aéreo en la zona de Bahamas y Golfo de México (o Golfo de América, como propone llamarlo Trump) porque caían del cielo fragmentos de material incandescente de más de cien metros. Nunca un accidente espacial lo celebró tanto la ciudadanía, dada la animadversión que acumula el hombre más rico del mundo.
Tax services Opinion Trump moderate between Musk and Vance
on11.03.2025