El otro día hablaba con una directora de la biblioteca de Arucas, de los beneficios que tiene leer álbumes ilustrados con los niños. Del mensaje escrito, pero, también, del mensaje ilustrado. De los valores que transmiten y de cómo se pueden utilizar tanto en psicología como en educación para prevenir, e incluso intervenir, en diferentes aspectos psicoeducativos. La biblioteca de Arucas me gusta por varias razones, algunas de ellas son: la cantidad de actividades culturales que organizan para la población y la gran variedad de álbumes ilustrados con los que cuenta.
Esta conversación se dio justo la semana en la que les llevé a mis alumnos de Psicología el álbum El monstruo (Lóguez, 2008) de Daniel Martín Castellano, en el que narra, con muchísimo respeto, la imagen que los niños se crean de un padre maltratador y la ambivalencia emocional que se da en situaciones de violencia de género y violencia vicaria: te quiero porque eres mi padre, en cambio, también nos haces daño a mi madre y a mí.
Otro aspecto fundamental que aborda el cuento es la forma de proceder de los maestros cuando un pequeño les llega al aula con el dibujo de un monstruo y les dice que vive en su casa. Los adultos tenemos esa mala costumbre de restarle importancia a lo que nos cuentan los niños porque, al fin y al cabo, son solo niños con muchísima imaginación. Nos olvidamos de leer entrelíneas. Obviamos que los chiquillos usan la metáfora mejor que muchos poetas para expresarnos sus miedos, sus problemas, su mundo.
¿Esto significa que cada vez que un menor nos cuente que vive con un monstruo o que en su entorno sucede esto o aquello debemos dar la voz de alarma o activar un protocolo? Pues mira, sí. Dependiendo de lo que nos cuente, de la madurez del chiquillo, de nuestra observación limpia de juicios y críticas deberíamos, cuando menos, intentar averiguar qué hay detrás de la frase “vivo con un monstruo”.
Quizá solo sea fruto del juego de una mente infantil o quizá no. Sinceramente, prefiero no quedarme con la duda y que mientras yo estoy tranquila en mi casa, un niño se esconda debajo de la cama cuando el monstruo con el que convive brame y golpee todo lo que halla a su paso. Por eso me gusta el cuento de Daniel Martín, porque no solo enseña a los pequeños, sino también a los grandes, que falta que nos hace. Por esa misma razón les llevo álbumes ilustrados a mis alumnos. ¿Para transmitirles mi amor por la lectura? Probablemente. Pero, sobre todo, para que sepan leer las miradas, el lenguaje no verbal, las sonrisas ausentes, las metáforas. Porque a veces, cuenta más lo que se calla que lo que se dice, y solo quien está muy atento a los silencios lo entiende.
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Source: Informacion

Dolores Johnson is a voice of reason at “Social Bites”. As an opinion writer, she provides her readers with insightful commentary on the most pressing issues of the day. With her well-informed perspectives and clear writing style, Dolores helps readers navigate the complex world of news and politics, providing a balanced and thoughtful view on the most important topics of the moment.