A discussion of future readings in Alicante

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Con un anuncio de incentivos fiscales, de los que nunca más se supo, y con una prolija relación de las obras que se estaban ejecutando por aquel entonces, con la misma pausa en los proyectos de transformación urbana de la ciudad que en aquellos de simple mantenimiento en un intento de ganar el pulso por agotamiento. En esos dos pilares centró su intervención el alcalde de Alicante, Luis Barcala, en el último Debate sobre el Estado de la Ciudad. Fue hace dos años, en esta misma hoja del calendario, pero en la previa de las municipales de mayo de 2023. 

Este lunes, el salón de plenos del Ayuntamiento de Alicante volverá a acoger una nueva edición de un debate de política municipal que más bien suele ser una sucesión de monólogos. Un formato encorsetado en el que todos hablan (leyendo lo escrito) y pocos escuchan, o no se nota en los turnos de réplica (diez minutos por grupo) tras las intervenciones iniciales (de quince minutos). 

Se espera, como es habitual, que el alcalde haga anuncios en una intervención sin tiempo. Por ir cerrando capítulos abiertos hace demasiado, podría concretar en qué fecha prevé aprobar el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), al que no hizo alusión en el debate de 2022. Empezando, al menos, por el Estructural. También podría concretar avances en el gran proyecto al que se enfrenta la ciudad: el Parque Central, cuya primera piedra se esperaría para este mandato (2023-2027), con la estación intermodal como su hito más simbólico. Al respecto, podría haber luz sobre la ampliación de las líneas del TRAM en la ciudad, sobre todo con la mirada en el sur.

Asimismo, podría avanzar cuándo van a entrar en vigor las ZAS (Zonas Acústicamente Saturadas) del Casco Antiguo y del Centro Tradicional, que supondrán un recorte en las mesas y en los horarios de los locales de ocio, o cuándo va a llevar a pleno para su aprobación definitiva (como previa a su puesta en marcha) la Ordenanza de Ocupación de Vía Pública, que limitará la actividad de la hostelería en toda la ciudad.

También podría explicar para qué un mes de moratoria en las sanciones a quien circule, sin poder, por el Casco Antiguo tras la futura implantación de la mal llamada de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), pese a que en la práctica las limitaciones previstas son un calco de las actuales. Sin olvidar, que la ordenanza está pendiente de validación por el pleno municipal.

Igualmente, el Debate sobre el Estado de la Ciudad es una oportunidad que pocos alcaldes desaprovechan para anunciar obras. Ahí el campo es vasto, y más en Alicante. Hay dinero y mucho por hacer. Desde el último paso por las urnas, tras el fin del bipartito de PP-Ciudadanos, nada se sabe de nuevos proyectos urbanísticos en la ciudad, más allá de los que se llevan arrastrando desde hace años. Y no será porque no hay vías y plazas a la espera de una necesaria actuación, algunas de ellas tras acariciar (o algo más) obras que urgen, como el parque Lo Morant o la calle O’Donnell. Sin olvidar Aguilera, que aguarda un nuevo aparcamiento subterráneo tras la promesa del gobierno local de habilitar un carril para el autobús y, posteriormente, un aumento del espacio peatonal. 

El debate suele ser, a su vez, un escenario proclive para lanzar iniciativas en ámbitos como la cultura, con la promesa de nuevos espacios en la ciudad. Ahí espera, por ejemplo, la harinera que el Ayuntamiento hizo suya en la zona de Benalúa Sur. 

También se suele hablar de contratos. Y ahí hay mucho que decir, aunque poco de lo que presumir. En las últimas fechas, el foco se ha centrado en la gestión del vertedero (en un contrato por renovar) tras la denuncia de la Fiscalía en el juzgado. Y podría concretar Barcala beneficios fiscales de los que habla su gobierno para fomentar el reciclaje, con la separación en origen de residuos. 

Puestos a anunciar también tiene pendiente de poner fecha a las oficinas que pactó con Vox para aprobar el presupuesto de 2024, como la «antiokupación» y la que la izquierda califica como «antiaborto». Que el tiempo apremia para el de 2025. 

Poca paciencia, dicen, queda ya en el sector turístico de Alicante. Mala señal en una ciudad que, según el ejecutivo de Barcala, es «todo turismo». Tras el revés de este viernes con el presupuesto del patronato, el debate de este lunes puede ser un escenario idóneo para avanzar en una reconciliación con nuevas inversiones. O no. Y el alcalde apuesta con firmeza por la sostenibilidad, con medidas para frenar la proliferación descontrolada, por ejemplo, de apartamentos turísticos. 

Asimismo, Barcala podría este lunes, durante el Debate sobre el Estado de la Ciudad, fijar el objetivo en uno de los problemas que más preocupa a la ciudadanía, especialmente a los más jóvenes, y apostar por nuevas promociones de vivienda a precios asequibles, ya sea de alquiler como de compra. O avanzar en desarrollos urbanísticos pendientes desde hace años en la ciudad. 

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No será, se hable de lo que se hable, una sesión más. El alcalde no llega, como ha sido habitual en los últimos años, con la mente en la elaboración de los próximos presupuestos. En eso también, pero no solo. En este caso, el gobierno tiene sobre la mesa documentos de calado a la espera de un impulso definitivo, como la revisión de la tasa de basuras, la implantación de la ZBE, la luz verde a la Ordenanza de Ocupación de Vía Pública o el empujón a las ZAS. Y el debate no puede ser ajeno a ese escenario, como tampoco lo será la oposición. Con detalle se analizarán las palabras de la ultraderecha, hasta hace poco socio en la práctica de Barcala, y de la izquierda, donde los recelos se han incrementado más si cabe por el acercamiento al gobierno de Compromís y de EU-Podemos.

Una maratón con tres fechas de salida, lo más concreto del «eje» Alicante-Elche

Cuarto encuentro en apenas un año entre los alcaldes de Alicante y Elche, los populares Luis Barcala y Pablo Ruz, respectivamente, a raíz de un nuevo intento de ambas ciudades de avanzar de la mano. El enésimo, y todos frustrados hasta la fecha, en los últimos años. Estas citas, con más o menos parafernalia, han servido para bien poco por el momento. El único anuncio gira en torno a la organización de una maratón que conecte ambas ciudades. La primera edición será, parece ser, el 30 de noviembre de 2025. Parece ser, porque es la tercera fecha que se ha puesto al evento. Una de ellas, de hecho, se anunció a bombo y platillo en la última edición de Fitur. Y eso es lo más concreto en la nueva relación. Imaginen.

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Viaje a La Haya de tapadillo y para abogar por más transparencia

Nada se supo del alcalde de Alicante, Luis Barcala, durante el 9 d’Octubre. No se dejó ver en Alicante, en los actos por el Día de la Comunitat Valenciana, ni tampoco en València, en el acto del Palau de la Generalitat. Su entorno guardó silencio, pese a las preguntas. Y lo hizo hasta que se comunicó, vía nota de prensa, que el alcalde había participado en La Haya, como presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales de la FEMP, en el Consejo Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos. En su equipo no debieron considerar importante su participación, ya que no se incluyó en su agenda pública. Fue, dijeron después, a abogar, entre otras cuestiones, por la mejora de «la transparencia de la gestión». Curioso.

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