Análisis interno de la situación y compromiso de la Guardia Civil en Alicante
La Asociación de Guardias Civiles en Alicante ha puesto de manifiesto la falta de personal en las distintas unidades y su impacto directo en la seguridad ciudadana. Esta carencia se observa en todo el territorio y, en la provincia, afecta de forma particular a la atención y la respuesta ante incidentes. Se señala que las tropas ubicadas en Alicante deben esperar cerca de una hora para recibir refuerzos cuando se produce un suceso. Según la AEGC, estas deficiencias persisten en el despliegue y funcionamiento de las patrullas mixtas en los centros operativos, donde las unidades desplazadas atienden a municipios que quedan vinculados a cuarteles diferentes. Esta dispersión complica la coordinación y puede retrasar la llegada de servicios de emergencia.
Con ese marco, la AEGC propone una redistribución territorial que garantice una atención de calidad a los ciudadanos y una seguridad más efectiva para los agentes. En este planteamiento se busca optimizar la cobertura y evitar solapamientos innecesarios que reducen la capacidad operativa ante incidentes. En palabras de la asociación, la reorganización debe traducirse en un servicio más cohesionado y eficiente para la totalidad de la provincia y sus pueblos.
Se señalan, entre las áreas afectadas, puntos de control y patrullas que operan en Cocentaina y Muro de Alcoy; Pedreguer, Gata de Gorgos y Pego; puestos de Xixona y Sant Joan; así como Monóvar y Pinoso, según la declaración de la unión. Estas zonas agrupan a varias localidades contiguas con necesidades de seguridad que, en la práctica, requieren una gestión más ágil y sostenida de los recursos humanos y materiales disponible. El objetivo es evitar que la dispersión geográfica diluya la capacidad operativa y comprometa las respuestas ante emergencias.
La AEGC ratifica que, pese a la consolidación de núcleos operativos, hay días en los que no se alcanza a disponer de una patrulla por turno. En algunos casos, la flexibilidad de los equipos se ve superada por las demandas, extendiéndose el periodo de espera. Dos ejemplos ilustran la magnitud del problema: en Sant Joan y Xixona se superan los límites habituales de cobertura, afectando también a zonas limítrofes con la Policía Nacional. En conjunto, los núcleos de Cocentaina y Muro alcanzan veinticuatro municipios entre ambas unidades, mientras que el de Monóvar y Pinoso cubre una superficie de 278 kilómetros cuadrados y el conjunto de Pedreguer, Gata de Gorgos y Pego supera las cien. Estas cifras revelan un mapa operativo informativo que exige una revisión urgente de recursos y rutas de intervención.
Retrasos y respuestas lentas
La asociación subraya que, cuando alguna patrulla consigue salir a la calle en todas estas áreas, la colaboración de otras unidades puede ser necesaria para sostener la operación. Aun así, la llegada a la escena puede demorarse hasta cuarenta y cinco minutos como mínimo. En episodios puntuales, se han registrado demoras de una hora y media; un caso citado describe un enfrentamiento en Millena en el que una patrulla recibió refuerzos desde Sax tras un tiempo prolongado. Este tipo de retrasos compromete la seguridad de los agentes y la de los ciudadanos, aumentando la vulnerabilidad ante incidentes críticos.
La organización afirma que la situación en Alicante se ha vuelto insostenible para los agentes y para la seguridad de la población. La provincia recibe una afluencia turística durante la mayor parte del año, lo que añade complejidad a la seguridad pública. Además de los problemas habituales en áreas rurales y de la convivencia con comunidades estables, la presencia de visitantes ocasionales y turistas que eligen Alicante como segunda residencia eleva la necesidad de respuestas rápidas y coordinadas. Ante este escenario, la AEGC propone una revisión sustancial del modelo de despliegue y operaciones para garantizar un servicio más robusto y predecible, capaz de adaptarse a las variaciones estacionales y a las particularidades de cada municipio.